Lara Álvarez, la valiente que dejó todo para llegar «al proyecto de mi vida»: «Tenemos mucho miedo a decir lo que pensamos y lo que sentimos»

Tras el éxito de The Floor, La 1 acoge el estreno de un nuevo concurso: La conexión, el único programa de la televisión donde todo está conectado. Un trepidante quiz show, primera adaptación internacional del formato neerlandés The Connection, que supone el regreso de Lara Álvarez y su primer proyecto con sello propio Leer Tras el éxito de The Floor, La 1 acoge el estreno de un nuevo concurso: La conexión, el único programa de la televisión donde todo está conectado. Un trepidante quiz show, primera adaptación internacional del formato neerlandés The Connection, que supone el regreso de Lara Álvarez y su primer proyecto con sello propio Leer  

Hace casi dos años Lara Álvarez tomó una decisión largamente meditada, arriesgada y muy valiente. Abandonó la que había sido su casa durante una década (Mediaset) y se fue sin nada en el horizonte, sin ningún proyecto, sin ninguna ofertade trabajo ni a medio o corto plazo. Mucho se escribió y se especuló sobre aquella salida tras haber sido uno de los rostros de mayor peso en Telecinco. La realidad de aquella decisión no fue otra que «evolucionar», que apostar por sí misma, que querer avanzar.

Durante más de un año, Lara Álvarez se mantuvo en barbecho esperando el momento de volver a sembrar. Y llegó la oportunidad de manos de Satisfaction Iberia y de RTVE. Se llama La conexión, se estrena esta noche en La 1 y es, afirma la presentadora sin medias tintas, «el proyecto de mi vida».

La conexión es un concurso cultural con aires futuristas, muy alejado de lo que hasta este momento había hecho Lara Álvarez. Marcharse de un lugar seguro, de una zona de confort para acabar haciendo lo mismo no hubiera tenido sentido. «No deja de dar vértigo, pero cuando te dan una oportunidad así todo cobra sentido», nos dice.

El concurso parte de una premisa inédita: todas las respuestas que se dan durante el programa conducen a un único concepto que está relacionada con todas ellas, la conexión final. La competición comenzará con cinco concursantes que tienen una conexión entre ellos. Y el juego consta de cinco rondas y, al final de cada una de ellas, un concursante será eliminado. En las cuatro primeras, los concursantes responden a preguntas de cultura popular y curiosidades basadas en vídeos, fotos, etc.

La conexión
El plató de La conexión, el nuevo concurso de La 1.RTVE

La conexión es un formato visualmente espectacular. Es el primer concurso que combina elementos reales con realidad aumentada. Los concursantes están en un plató donde las preguntas y la escenografía se ven potenciadas por ese llamativo recurso.

En juego, 3.000 euros para el ganador semanal y el pase a la gran final. Si el concursante que llegue hasta el final del programa no logra encontrar el concepto que lo une todo y por tanto la respuesta final, ese bote se sumará al premio del último programa, la Gran Conexión Final, dotado de 40.000 euros.

«No se pueden dejar los huevos en la misma cesta porque hay que desarrollarse en todos los sentidos»

«Todo llega cuando tiene que llegar», afirma una Lara Álvarez que, aunque sigue siendo la misma «bicha», como le decía Jorge Javier Vázquez cuando ambos presentaban Supervivientes, este tiempo reordenando su carrera y su vida le ha hecho despejar el camino. Aunque cuando dejó Mediaset tenía claro lo que quería, ahora que ya lo ha conseguido su percepción no ha cambiado: «Tenemos una profesión que es fantástica, pero también que va a un ritmo vertiginoso. Creo que es importantísmo para la estabilidad de cualquiera el entender que la vida no es lineal, que a veces estás arriba y otras abajo, que a veces tienes trabajo y otras no. Por eso no se pueden dejar los huevos en la misma cesta porque hay que desarrollarse en todos los sentidos. Y creo que esa evolución no es cosa de un año. El camino de la evolución y del autoconocimiento es infinito».

Durante este año, Lara Álvarez se ha dado cuenta de que «hay que seguir el camino propio». Su camino no era seguir co presentando, su camino era vivir «en primera persona con un programa». «Aquí siento que puedo tener mi sueño propio, que no vengo a recoger el legado ni el testigo de ningún presentador, que voy a construir un sello propio…», sentencia.

«Si no lo pruebo, si no abogo por esto, si no hago por descubrir cuál es mi propio camino, voy a tener una frustración y una insatisfacción personal que se puede traspasar a lo personal», nos cuenta. «Cada uno tienen que seguir su camino y eso es lo que yo he aprendido este año, el decir ‘vale, aquí no, pues no pasa nada‘. He entregado lo que tenía que dar y por eso me quedé tranquila cuando me fui y dice ‘voy a hacer mi apuesta’ desde la sensaciónde que era mi momento para hacerlo. Cierto que nada te asegura que el camino que has elegido vaya a funcionar porque se pasa una travesía del desierto», confiesa.

Lara Álvarez
Lara Álvarez, en La conexión.RTVE

Cuando Lara Álvarez se fue de Mediaset si alguien le hubiese preguntado en aquel momento que es lo que quería, ella hubiese contestado que tenía claro el contenido que quería hacer, «un entretenimiento familiar, que se pudiera compartir, que divierta», pero nunca hubiera contestado que iba a llegar en forma de concurso cultural. Ahora bien, tampoco tuvo dudas cuando se lo ofrecieron.

La presentadora se encontraba en un crucero con su familia cuando recibió la llamada de David Gallart, director de contenidos de Satisfaction Iberia. Cuando escuchó la propuesta lo primero que Lara Álvarez le dijo es que si estaba seguro de que era ella, pues nunca había hecho un formato así. Gallart lo tenía claro y Álvarez dijo sí. Fue, «el mejor regalo» que la pudieron hacer. «No es un concurso al uso ni es un programa serio o encorsetado. No es solo una cultura donde tengas que decir «con la A, con la B». Tiene una visión futurista y entretenida», explica la presentadora.

De hecho, el cambio en la vida de Lara Álvarez no sólo fue profesional. Era un cambio de cadena, de registro y también de imagen. Esta noche los espectadores verán a una Lara Álvarez como nunca antes -y nunca más la verán así-, con flequillo. Confiesa que se arrepiente y que una y no más Santo Tomás: «Fue un poco ‘venga, vamos a cambiar un poquito, vamos a jugar». Lo terminó aborreciendo.

La conexión y Lara Álvarez serán los sustitutos de The Floor, el concurso presentado por Chenoa que ha sido todo un éxito y que también ha estado producido por Satisfaction. La presentadora no había caído en ello. Cuando se lo preguntas llega la angustia. «Gracias por meterme presión ahora mismo», nos dice entre risas. «En serio, creo que cuando hay éxito en compañeros de la cadena nos beneficia a todos, al resto y a los espectadores. Que The Floor haya funcionado nos da una pista de que La conexión puede funcionar. Si cojo este legado prefiero ver el vaso medio lleno y pensar que el espectador tiene ganar de divertirse jugando y aprendiendo», asegura.

«Yo quiero trabajar y, por si no queda claro, lo digo»

Aunque Lara Álvarez comienza esta noche un nuevo camino, un nuevo programa y en una nueva casa, Lara Álvarez será siempre la presentadora de Supervivientes, como lo fue Paula Vázquez, Raquel Sánchez Silva o como lo es ahora Laura Madrueño. Ella no reniega de Supervivientes, pues Supervivientes lo fue todo para ella, tanto que desde que se fue ha sido incapaz de volver a verlo. Lo intentó la primera edición en la que ya no estaba ella, pero cuando vio el emotivo saludo de arranque de Jorge Javier Vázquez la piel se le puso de gallina, las emociones se dispararon y desde ese momento se dijo a sí misma que lo mejor era no volver a verlo.

Lo que tiene claro Lara Álvarez es que «las ganas de trabajar están siempre»: «Tú piensa que La conexión está grabado desde el año pasado. Por lo tanto, yo me voy a ver en pantalla, pero no voy a generar en pantalla. Necesito el chute de más cosas. Y, oye, que no está de más hablar. Tenemos mucho miedo a decir lo que pensamos y lo que sentimos porque se vaya a malinterpretar. Yo quiero trabajar, y por si no queda claro, lo digo bien alto».

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