El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes de forma abrupta y en un mensaje en su red social, Truth, que Estados Unidos da por terminadas las conversaciones para alcanzar un acuerdo económico con Canadá, uno de sus principales socios comerciales. ¿El motivo?: “Nos acaban de informar que [Ottawa] impondrá un impuesto a los servicios digitales y a las empresas tecnológicas estadounidenses, lo cual constituye un ataque directo y flagrante a nuestro país”, escribió Trump al final de una mañana en la que se había centrado en otro asunto: celebrar “la gran victoria” obtenida por su Administración con la sentencia del Tribunal Supremo relativa a un decreto que ordenaba acabar con la ciudadanía por nacimiento, un fallo que posibilita la ampliación del poder presidencial.
El presidente estadounidense hace el anuncio en su red social y dice que “en los próximos siete días” dará a conocer qué aranceles le impondrá al vecino del norte
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes de forma abrupta y en un mensaje en su red social, Truth, que Estados Unidos da por terminadas las conversaciones para alcanzar un acuerdo económico con Canadá, uno de los principales socios comerciales. ¿El motivo?: “Nos acaban de informar que [Ottawa] impondrá un impuesto a los servicios digitales y a nuestras empresas tecnológicas estadounidenses, lo cual constituye un ataque directo y flagrante a nuestro país”, escribió Trump, al final de una mañana en la que se había centrado en celebrar “la gran victoria” obtenida por su Administración con la sentencia del Tribunal Supremo relativa a un decreto presidencial que ordenaba acabar con la ciudadanía por nacimiento.
Trump define al vecino del Norte como “un país con el que es muy difícil comerciar” y pone como ejemplos de esa presunta complejidad el hecho de que Canadá ha cobrado a los agricultores estadounidenses “aranceles de hasta el 400% durante años sobre los productos lácteos”. “Obviamente”, escribió este viernes el presidente repiblicano, “[con el plan de imponer un así llamado impuesto digital] ”están imitando a la Unión Europea, que ha hecho lo mismo y que actualmente también está en conversaciones con nosotros».
Por ese motivo, Trump da “por terminadas todas las negociaciones comerciales con Canadá, con efecto inmediato”. A continuación, anuncia que “en los próximos siete días” harán saber a los canadienses qué arancel piensa imponer a las importaciones que crucen la frontera norte.
Canadá fue uno de los primeros países en sufrir el azote arancelario de Trump tras su regreso a la Casa Blanca cargado de razones aislacionistas para lograr hacer que Estados Unidos recupere su grandeza (su famoso eslogan Make America Great Again). A principios de febrero, el presidente estadounidense anuncio aranceles a México y Canadá aduciendo la inactividad de ambos países a la hora de combatir la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo, un casus belli, este último, risible, teniendo en cuenta las incautaciones del potente opiáceo en la frontera norte.
Esa amenaza, que luego Trump levantó tras hablar con el entonces primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, espoleó un sentimiento nacionalista que parecía dormido hasta entonces, así como un movimiento de boicot contra los bienes estadounidenses, alentado también por las descalificaciones de Trump a Trudeau y a la repetición de su intención de convertir al país en el Estado número 51 de la Unión.
Como ha sucedido con decenas de otros países, los aranceles que Trump ha impuesto o piensa imponer han ido entrando en escena y saliendo de ella al ritmo de una errática política comercial que carece de precedentes en la historia reciente de Estados Unidos. Ahora mismo, Washington mantiene gravámenes del 25% al aluminio y el acero, dos productos de los que Canadá es productora, así como a los coches. Ottawa quedó exenta, eso sí, de los los aranceles “recíprocos” del 10% a todas las importaciones que, como base, impuso el 2 de abril a Estados Unidos a decenas de sus socios comerciales. Tanto para el vecino del norte como para México sigue en vigor, después de semanas de idas y venidas, de amenazas y de llamadas telefónicas para apaciguar los ánimos, el tratado de libre comercio (T-MEC) que une a los tres países.
El anuncio del final de las conversaciones llega el mismo día en el que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dio un nuevo bandazo a la política comercial de Washington. Resulta que ya no es seguro el límite del 9 de julio que Estados Unidos puso para que se alcanzaran pactos con decenas de países.
Bessent dijo este viernes en una entrevista con Fox Bussiness que no descarta que algunos de esos pactos tengan que esperar más, tal vez hasta el Día del Trabajo, que este año se celebra el 1 de septiembre y es la fecha que marca oficiosamente el final del verano. “Hay países que se acercan a nosotros con muy buenas propuestas”, declaró Bessent, con lo que pareció dar por buenos los comentarios del secretario de Comercio, Howard Lutnick, que el jueves habló de los planes inminentes de la Casa Blanca para alcanzar acuerdos con 10 socios comerciales importantes.
Bessent también recordó que Estados Unidos ya ha cerrado un acuerdo con el Reino Unido y un limitado compromiso con China, por lo que esos dos socios “ya están superados por ahora”. “Así que si logramos cerrar 10 o 12 de los 18 importantes (hay otras 20 relaciones importantes), creo que podríamos tener el comercio cerrado para el Día del Trabajo”, afirmó Bessent.
El giro de guion de Canadá era entonces difícil de prever. De ser cierto el exabrupto de Trump en en Truth, el nuevo plazo para Ottawa será a finales de la semana que viene, cuando Estado Unidos celebre su fiesta grande: el Día de la Independencia
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