Nuevo caso de canibalismo humano en Atapuerca: 11 personas fueron descuartizadas, cocinadas y devoradas hace 5.700 años

Todos los individuos eran de origen local y los científicos creen que fueron consumidos en un periodo muy breve. Su hipótesis es que se debió a un enfrentamiento violento entre grupos vecinos, y no por una hambruna o durante algún tipo de ritual funerario Leer Todos los individuos eran de origen local y los científicos creen que fueron consumidos en un periodo muy breve. Su hipótesis es que se debió a un enfrentamiento violento entre grupos vecinos, y no por una hambruna o durante algún tipo de ritual funerario Leer  

Un grupo en el que había niños, adolescentes y adultos fue canibalizado hace unos 5.700 años en el territorio que hoy ocupa la sierra de Atapuerca. Los 11 individuos identificados entre la gran cantidad de huesos que han salido a la luz a lo largo de varias campañas fueron despellejados, fracturados, descarnados, cocinados y consumidos, según revelas las señales que se han conservado.

El yacimiento burgalés es una auténtica mina de información sobre las prácticas funerarias que llevaban a cabo nuestros antepasados, y alimentarse de los individuos de su misma especie era una de ellas, como vuelve a demostrar este nuevo caso descubierto, cuyos detalles se describen este jueves en un artículo publicado en la revista Scientific Reports. Este trabajo es el resultado del análisis de cientos de restos humanos que han ido saliendo a la luz en diferentes campañas en la Cueva de El Mirador.

En Atapuerca se han preservado durante cientos de miles de años pruebas de que el canibalismo humano, por diferentes motivos, se practicó en diferentes épocas de la historia, a lo largo de una amplísima ventana evolutiva que abarca desde hace casi un millón de años con el Homo antecessor, a apenas seis milenios, durante el Neolítico, con nuestra propia especie, el Homo sapiens. Esa es la cronología del último episodio reportado en Atapuerca que, según los investigadores que lo firman, se produjo entre comunidades locales neolíticas, probablemente debido a conflictos entre grupos vecinos o entre grupos locales y recién llegados.

Todos los individuos canibalizados eran de origen local y fueron devorados en un espacio de tiempo muy breve, tal vez en apenas unos días. La datación por radiocarbono apunta a que este momento ocurrió hace entre 5.700 y 5.570 años, en una fase final de ocupación neolítica de la cueva, poco antes de que el espacio cambiase de uso y comenzara a utilizarse como cueva sepulcral. Algunos de los restos humanos estaban mezclados con material procedente de enterramientos más modernos.

Fragmentos de huesos canibalizados hallados en Atapuerca
Fragmentos de huesos canibalizados hallados en AtapuercaIPHES-CERCA

El estudio, liderado por Palmira Saladié, Francesc Marginedas y Antonio Rodríguez-Hidalgo, ha identificado a 11 individuos de diferentes edades. Estos tres científicos investigan en el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), y Rodríguez-Hidalgo también forma parte del Arqueología-Mérida (CSIC-Junta de Extremadura).

De los 650 huesos analizados, en 239 huesos encontraron signos de que habían sido procesados. En concreto, 222 mostraban cambios de color que indican que fueron cocinados o expuestos al fuego, y 69 de ellos presentan signos que revelan que habían sido cortados, probablemente después de que murieran.

Por otro lado, 132 restos humanos tienen también marcas de carnicería, cortes o raspaduras que se habrían hecho durante el despellajamiento de los individuos, al arrancarles la piel, y al extraer su carne. Los autores también creen que algunas de las marcas de corte son de dientes humanos.

Maxilar humano canibalizado
Maxilar humano canibalizadoIPHES-CERCA

Ninguno de los traumas identificados parece haber ocurrido antes de la muerte, por lo que creen que el patrón parece más consistente con el descuartizamiento que con lesiones sufridas durante posibles conflictos. Asimismo, sostienen que este episodio de canibalismo se habría desencadenado por enfrentamientos entre grupos neolíticos. El resto de datos obtenidos durante las excavaciones no apuntan a que pudiera deberse a una hambruna o a la falta de alimentos, y tampoco han hallado evidencias visibles de rituales o ceremonias.

Este episodio de canibalismo descubierto en la Cueva de El Mirador se suma a otros casos encontrados en Atapuerca, el último, de hecho, ha salido a la luz este mismo verano y fue particularmente impactante. Durante la última campaña de excavación, encontraron en el yacimiento de Gran Dolina pruebas de que un niño o niña de entre dos y cinco años había sido canibalizado.

Trabajos de excavación en la cueva de El Mirador
Trabajos de excavación en la cueva de El MiradorIPHES-CERCA

Se trata de una vértebra cervical humana, datada en hace 850.000 años, que presenta marcas claras de corte compatibles con una decapitación intencionada. Según el equipo investigador del IPHES-CERCA responsable de la excavación, «se trata de una evidencia directa de canibalismo infantil, asociada a prácticas sistemáticas de aprovechamiento de la carne por parte de Homo antecessor«, una especie cuya presencia sólo se ha documentado en Atapuerca y que fue descubierta en 1994.

Según los autores, ese pequeño fue procesado como si fuera una presa. Tal y como señalaron, estos hallazgos revelan una continuidad en ese comportamiento y muestran que el tratamiento de los muertos no era algo excepcional, sino reiterado.

Otros restos hallados de Homo antecessor hallados este verano en el nivel TD6 de la Gran Dolina presentaban marcas de descarnación y fracturas intencionadas, que según los científicos de Atapuerca son características de un procesamiento cárnico idéntico al que se observa en los restos de animales consumidos por estos mismos humanos.

Palmira Saladié, Antonio Rodríguez-Hidalgo (c) y Francesc Margineda han liderado esta investigación
Palmira Saladié, Antonio Rodríguez-Hidalgo (c) y Francesc Margineda han liderado esta investigaciónIPHES-CERCA

En 2006, en ese mismo nivel arqueológico de este yacimiento protagonizó titulares pues allí se documentó el caso más antiguo de canibalismo humano que afectó a una decena de individuos, entre ellos niños de corta edad, hace unos 800.000 años.

«El canibalismo es una de las conductas más complejas de interpretar, debido a la propia dificultad que implica el consumo de seres humanos por parte de otros seres humanos. A ello se suma que, en muchas ocasiones, no contamos con todas las evidencias necesarias para vincularlo con un contexto conductual específico», ha explicado en un comunicado Palmira Saladié, que considera que «los prejuicios de nuestra sociedad tienden a interpretarlo siempre como un acto de barbarie».

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