Sarah Santaolalla y Noelia Núñez pierden los papeles en Mediaset: «¿Cómo puedes ser tan miserable?»

El debate sobre el genocidio en Gaza, sobre la posición del PP o sobre si Pedro Sánchez está utilizando el conflicto como cortina de humo ocupa desde este lunes todas las mesas políticas de las televisiones. El enfrentamiento y la crispación está sobrepasando a las tertulias Leer El debate sobre el genocidio en Gaza, sobre la posición del PP o sobre si Pedro Sánchez está utilizando el conflicto como cortina de humo ocupa desde este lunes todas las mesas políticas de las televisiones. El enfrentamiento y la crispación está sobrepasando a las tertulias Leer  

Las protestas propalestinas que este domingo provocaron que la etapa final de La Vuelta Ciclista a España tuviera que ser suspendida ha traido consigo, entre otras muchas cosas, un duro enfrentamiento en el que la protagonista es la palabra genocidio y en el que el debate político, ya suficientemente crispado, ha encendido aún más las tertulias televisivas. Aunque ahora es el análisis político lo que llena la televisión, ocupando el puesto que en otra época llenaba el corazón, esta semana las mesas políticos de los distintos magacines televisivos han incrementado el tono, los golpes y los enfrentamientos entre los colaboradores de un lado y los del otro.

El lunes Silvia Intxaurrondo y Miguel Tellado protagonizaban un momento de gran tensión a costa de las protestas del domingo y de la guerra en Gaza; el martes, Marta Flich daba un golpe en la mesa y decía basta a Andrea Levy tras asegurar ésta si la iban a echar de Directo al grano por ser judía; esta mañana, Javier Ruiz se encendía como pocas veces antes lo ha hecho con las palabras de Isabel Díaz Ayuso en las que aseguraba que estamos en un ambiente de preguerra civil; pocas horas después, Sarah Santaolalla y Noelia Núñez perdían los papeles en En boca de todos tras lanzarse fuertes acusaciones, una sobre lo que está haciendo el PP, y la otra sobre lo que está haciendo Pedro Sánchez.

El programa presentado por Nacho Abad ponía sobre la mesa el debate que se ha abierto con el uso de la palabra genocidio para describir la masacre que Israel está llevando a cabo en Gaza después de que un informa de la ONU confirmase que, efectívamente, Israel está llevando a cabo un genocidio en Gaza.

Antonio Naranjo, que se encontraba en la mesa de los colaboradores, arremetía contra Pedro Sánchez y el Gobierno por el uso «interesado» de dicha palabra. Intervenía entonces Sarah Santaolalla. La colaboradora, que se multiplica en todas las cadenas y programas, puso en entredicho las palabras de Naranjo, afirmando que esto no va de «si Sánchez está utilizando esto para rascar votos», sino que va «de Derechos Humanos».

«Esto va de 65.000 personas asesinadas, esto va de 18.500 niños, esto va de que hemos permitido que se mire hacia otro lado frente a un genocidio televisado y esto va de que hemos permitido que se bombardee a población civil, hospitales y colegios. Y todo esto con la complicidad y el silencio de Europa, con el apoyo de EEUU y con el criminal de Netanyahu. Esto va más allá de Sánchez. Va de que al PP le está dando vergüenza su apoyo al terrorismo», sentenciaba a la colaboradora.

Ante las palabras de Santaolalla era el propio Nacho Abad el que cuestionaba a la colaboradora si estaba diciendo que el PP apoya el terrorismo. Santaolalla insistía en que «el PP se ha quedado», en que «el PP no ha sido valiente» y señalaba los «miserables» tuits de Esther Muñoz en Eurovisión apoyando a Netanyahu, las fotografías de Ayuso «con un equipo que representa el genocidio» o las declaraciones de Alfonso Serrano «calificando de terroristas y de kale borroka a los manifestantes» de este domingo.

Las palabras de Sarah Santaolalla iban calentando poco a poco la mesa. Naranjo pedía hablar, desmentía lo que Santaolalla estaba diciendo y pedía que aceptara los hechos. En ese momento entraba en escena Noelia Núñez, la diputada del PP que dejó su cargo tras confirmar que su curriculum era falso. Núñez, que comenzaba calmada, le recordaba a Santaolalla que en las protestas 22 agentes resultaron heridos. De hecho, después del enfrentamiento que iban a protagonizar, Nacho Abad daría paso a un agente de los Antidisturbios que estuvo en las protestas.

«Me encantaría saber el pistoletazo de salida para que a vosotros os empezasen a preocupar los Derechos Humanos», arremetió Núñez, mientras Santaolalla aseguraba que a ella siempre le han preocupado. Pedía Núñez que le dejase terminar: «Yo te he escuchado y ahora quiero que me escuches tú a mí para que, desde la tranquilidad y desde la razón, alguien me explique por qué primero Pedro Sánchez decía que lo de Gaza no se podía catalogar de genocidio porque no le competía a él, sino a los Tribunales Internacionales, y por qué ahora sí utiliza el término de genocidio, no para defender lo que pasa en Gaza, sino para lanzárselo a la oposición».

«Cuando el secretario general de la ONU dice que lo de Gaza no se puede catalogar de genocidio porque es competencia de los tribunales… ¿quién narices es Pedro Sánchez para saltarse cualquier orden internacional?», sentenciaba Núñez provocando que la mesa se encendiese aún más

Sin embargo, el momento de mayor tensión se produjo a continuación cuando Noelia Núñez aseguraba a Santaolalla que «las vidas no os importan nada, vais simple y llanamente al son de lo que le interesa Pedro Sánchez«. En ese momento, mientras Nacho Abad intentaba calmar el ambiente, Sarah Santaolalla estallaba: «¿Pero cómo puedes decir eso? Alma de cántaro, ¿cómo que no nos importan las vidas?».

«A mí sí me importan las vidas. Me importan las vidas de Gaza, me importan las de Israel, las de Venezuela, me importan las vidas de los cristianos», respondía Núñez provocando la indignación de Santaolalla.

«Hay que se miserable para decir eso con 65.000 asesinados. ¿Cómo puedes ser tan miserable», lanzaba Sarah Santaolalla. «Rendís absoluta pleitesía a Pedro Sánchez y os estáis cargando la convivencia en este país como pasó el domingo», espetaba Núñez. La tensión cada vez mayor en la mesa de En boca de todos llevaba a Nacho Abad a intentar cortar a ambas y acabar con el tela. «Esto se cierra aquí», ordenó el presentador, mientras hacía el intento de dar paso al siguiente mesa sin que los colaboradores de la mesa dejasen de lanzarse duros golpes.

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