La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB,
por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha confirmado que investiga el
impacto de un objeto en el parabrisas de un Boeing 737 MAX mientras volaba
sobre el estado de Utah.
El suceso se produjo el jueves, durante un vuelo de United
Airlines entre Denver y Los Ángeles. Imágenes publicadas en redes sociales
muestran una de las dos grandes ventanillas frontales del avión gravemente
agrietada. En otras, se aprecia el brazo de un piloto con varios cortes
aparentemente causados por diminutos fragmentos de vidrio de la ventanilla
afectada.
‘La NTSB recopila datos de radar, meteorología y grabadoras
de vuelo. El parabrisas será enviado a los laboratorios de la NTSB para su
examen’, ha indicado la agencia federal en X.
El capitán de vuelo dice que era ‘basura espacial’
El incidente ha cobrado notoriedad también por la posible
naturaleza del objeto que golpeó la cabina del avión. El capitán de vuelo lo
describió como ‘basura espacial’, pero si lo era, es algo que no ha podido
confirmarse.
En las imágenes publicadas puede verse que el objeto chocó
con fuerza contra la parte superior derecha del parabrisas, deformando también
el marco metálico. Dado que las ventanillas de los aviones están compuestas
por varias capas con material laminado entre ellas, el cristal no llegó a
romperse por completo. El avión volaba a unos 11.000 metros de altitud y
la cabina mantuvo la presión interna. Tras el impacto, descendió a una altura de 8.000
metros y después aterrizó sin incidentes en el Aeropuerto Internacional de Salt
Lake City, adonde fue desviada.
Qué puede ser si no era basura espacial
Más allá del testimonio del piloto, no se puede determinar
si era un resto de basura espacial sin tener más datos. Por lo menos, hasta que
la NTSB analice el vidrio y el metal dañados y determine la naturaleza del
objeto.
Otra posibilidad teórica es que se tratara de un ave, pero solo
hay una especie que se haya documentado que puede volar a 11.000 metros, el buitre
de Rüppell, y habita en África.
También podría tratarse de un globo meteorológico sin
control, aunque en un caso así su velocidad podría no ser suficiente para
causar los daños observados. El granizo es otro candidato a responsable.
Una opción más probable que la de la basura espacial es la
de un meteorito, objetos que caen en la Tierra con mucha más regularidad
que aquella. Según un estudio publicado en la revista Geology, unos 17.000
meteoritos impactan cada año contra la superficie del planeta, una cifra al
menos diez veces superior a la de restos espaciales de origen humano que
sobreviven a la reentrada atmosférica.
En cualquier caso, no sería la primera vez que un resto
de basura espacial impacta donde menos se le espera. En marzo de 2024, un
desecho de la Estación Espacial Internacional lo hizo contra una casa de
Florida. El objeto, hecho de una aleación de Inconel capaz de soportar
condiciones extremas de temperatura, tenía el tamaño de una lata de refresco
y pesaba 725 gramos. Era lo único o de lo poco que quedó de EP-9,
una plataforma de carga con baterías gastadas que la EEI lanzó al espacio en
marzo de 2021, tal y como confirmó posteriormente la NASA.
Aunque una persona se encontraba en la vivienda en el
momento del impacto y el objeto atravesó sus dos plantas e hizo un gran
agujero en el suelo, no hubo que lamentar víctimas.
El suceso tuvo lugar a 11.000 metros de altitud
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha confirmado que investiga el impacto de un objeto en el parabrisas de un Boeing 737 MAX mientras volaba sobre el estado de Utah.
El suceso se produjo el jueves, durante un vuelo de United Airlines entre Denver y Los Ángeles. Imágenes publicadas en redes sociales muestran una de las dos grandes ventanillas frontales del avión gravemente agrietada. En otras, se aprecia el brazo de un piloto con varios cortes aparentemente causados por diminutos fragmentos de vidrio de la ventanilla afectada.
‘La NTSB recopila datos de radar, meteorología y grabadoras de vuelo. El parabrisas será enviado a los laboratorios de la NTSB para su examen’, ha indicado la agencia federal en X.
El capitán de vuelo dice que era ‘basura espacial’
El incidente ha cobrado notoriedad también por la posible naturaleza del objeto que golpeó la cabina del avión. El capitán de vuelo lo describió como ‘basura espacial’, pero si lo era, es algo que no ha podido confirmarse.
En las imágenes publicadas puede verse que el objeto chocó con fuerza contra la parte superior derecha del parabrisas, deformando también el marco metálico. Dado que las ventanillas de los aviones están compuestas por varias capas con material laminado entre ellas, el cristal no llegó a romperse por completo. El avión volaba a unos 11.000 metros de altitud y la cabina mantuvo la presión interna. Tras el impacto, descendió a una altura de 8.000 metros y después aterrizó sin incidentes en el Aeropuerto Internacional de Salt Lake City, adonde fue desviada.

Qué puede ser si no era basura espacial
Más allá del testimonio del piloto, no se puede determinar si era un resto de basura espacial sin tener más datos. Por lo menos, hasta que la NTSB analice el vidrio y el metal dañados y determine la naturaleza del objeto.
Otra posibilidad teórica es que se tratara de un ave, pero solo hay una especie que se haya documentado que puede volar a 11.000 metros, el buitre de Rüppell, y habita en África.
También podría tratarse de un globo meteorológico sin control, aunque en un caso así su velocidad podría no ser suficiente para causar los daños observados. El granizo es otro candidato a responsable.
Una opción más probable que la de la basura espacial es la de un meteorito, objetos que caen en la Tierra con mucha más regularidad que aquella. Según un estudio publicado en la revista Geology, unos 17.000 meteoritos impactan cada año contra la superficie del planeta, una cifra al menos diez veces superior a la de restos espaciales de origen humano que sobreviven a la reentrada atmosférica.
En cualquier caso, no sería la primera vez que un resto de basura espacial impacta donde menos se le espera. En marzo de 2024, un desecho de la Estación Espacial Internacional lo hizo contra una casa de Florida. El objeto, hecho de una aleación de Inconel capaz de soportar condiciones extremas de temperatura, tenía el tamaño de una lata de refresco y pesaba 725 gramos. Era lo único o de lo poco que quedó de EP-9, una plataforma de carga con baterías gastadas que la EEI lanzó al espacio en marzo de 2021, tal y como confirmó posteriormente la NASA.
Aunque una persona se encontraba en la vivienda en el momento del impacto y el objeto atravesó sus dos plantas e hizo un gran agujero en el suelo, no hubo que lamentar víctimas.
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