Los ediles del grupo C40, que reúne a un centenar de ciudades, advierten de un aumento «de los negacionistas y los retardistas que divulgan una desinformación virulenta» Leer Los ediles del grupo C40, que reúne a un centenar de ciudades, advierten de un aumento «de los negacionistas y los retardistas que divulgan una desinformación virulenta» Leer
Los alcaldes del grupo C40, que reúne a un centenar de ciudades, cerraron filas el lunes en París en un llamamiento contra la desinformación climática, en el camino hacia la COP30 que se celebrará en noviembre en Belém (Brasil). «Hace diez años, el Acuerdo de París marcó un punto de inflexión en la lucha global contra el cambio climático», advirtieron al unísono los ediles de París y Londres, Anne Hidalgo y Sadiq Khan. «Hoy en día, el progreso está siendo saboteado por una preocupante amenaza: un aumento de los negacionistas y los retardistas que divulgan una desinformación virulenta».
«Estamos hablando de una campaña coordinada y bien financiada para retrasar la acción, erosionar la confianza y proteger los beneficios de la industria de los combustibles fósiles», recalcaron los dos alcaldes. «Estas narrativas encuentran un terreno fértil en las redes sociales, donde los algoritmos propician la indignación sobre los hechos. También prosperan en momentos de crisis y confusión, sacando partido de la frustración en comunidades donde la gente siente que sus voces no son escuchadas por el poder».
Los alcaldes destacaron el boicot «amplificado por políticos populistas», y destacan cómo las campañas lanzadas desde cuentas anónimas y multiplicadas por bots acaban generando ataques de odio contra políticos y actos vandálicos.
El llamamiento colectivo ha coincidido con la publicación de un informe del Panel Internacional de Información Ambiental (Ipie) denunciando cómo «la respuesta ante la crisis climática está siendo obstruida y retrasada por la circulación de información engañosa sobre la naturaleza del cambio climático y las soluciones disponibles».
Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, se sumó a la convocatoria en París y rompió una lanza por «la valentía de los alcaldes progresistas» y su determinación para sobreponerse «a estos tiempos oscuros». «A escala local, es donde los beneficios se ven de una manera más directa y más rápida», recalcó Teresa Ribera, que recordó la importancia de vincular la justicia climática con la democracia y con la calidad de vida.
El ex primer ministro y presidente de la COP21 Laurent Fabius, tendió un puente entre el clima y la paz mundial con una referencia muy directa a Donald Trump: «Es esencial que el mismo dirigente que en el 2015 saboteó el acuerdo nuclear con Irán no pueda hacer lo mismo con los esfuerzos globales de acción ante el cambio climático».
Anne Hidalgo actuó de anfitriona y esbozó la transformación experimentada por la ciudad en apenas dos décadas, con una caída en más del 50% de la contaminación y del 40% en el uso del coche en el centro de la ciudad (la bicicleta ha arrebatado de hecho al vehículo privado el tercer puesto en el podio de la movilidad, tras los desplazamientos a pie y el transporte público).
«La paz pasa por el impulso a las energía no fósiles», recalcó Hidalgo, que recordó cómo las inversiones en renovables se han multiplicado por diez a escala global desde el Acuerdo de París. La alcaldesa socialista, nacida en San Fernando (Cádiz), reconoció que algunas decisiones han requerido «valentía frente a las críticas», auspiciadas en ocasiones por el «lobby petrolero», como la oposición a la peatonalización de las riberas del Sena (donde los parisinos podrán volver a darse un chapuzón a partir del 5 de julio, un siglo después de que fueran prohibidos los baños).
«No siento nostalgia por el pasado, siempre estoy pensando en lo que viene después», declaró Hidalgo a la hora de explicar su visión de la ciudad, con un aire más limpio, adaptada al calor extremo y «con la capacidad de mejorar la vida de los ciudadanos en las próximas décadas».
Sadiq Khan destacó la labor de Hidalgo «por haber devuelto París a los parisinos» y recordó cómo le ha tocado lidiar también en Londres «contra la retórica populista anti-ciencia». «Son una minoría, pero hacen mucho ruido», advirtió el alcalde de Londres, al frente del grupo C40 de ciudades por la acción climática: «Nosotros vamos a seguir defendiendo desde lo local el Acuerdo de París y a seguir recortando las emisiones más rápido de lo que lo hacen los Gobiernos nacionales».
El acalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, cerró el acto recordando el valor de la «fraternidad» y la «colaboración» y expresando su confianza en que la COP30 de Brasil sirva para aunar las esperanzas del norte y el sur global: «Es el momento de empoderar a las ciudades, desbloquear las finanzas del clima y asegurarnos de que la justicia climática es una realidad y no una retórica».
Como telón frondoso del aniversario, París estrenó el lunes un «bosque urbano» de 2.500 metros cuadrados en la plaza del Ayuntamiento. Algarrobos, arces, almeces del Mediterráneo y robles de Boegoña son alguna de las especies plantadas, seleccionadas por su resistencia a los entornos urbanos y al cambio climático.
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