Si por norma general los editoriales de Ana Rosa Quintana cada mañana son un pim, pam, pum sin medias tintas por cada noticia e información que sale sobre el Gobierno, el PSOE y Pedro Sánchez, este viernes, el caso Santos Cerdán ha sido como el botón que ha activado la bomba nuclear Leer Si por norma general los editoriales de Ana Rosa Quintana cada mañana son un pim, pam, pum sin medias tintas por cada noticia e información que sale sobre el Gobierno, el PSOE y Pedro Sánchez, este viernes, el caso Santos Cerdán ha sido como el botón que ha activado la bomba nuclear Leer
El cine es siempre un símil perfecto para poner sobre la mesa la actualidad. Son muchos los comunicadores, opinadores y periodistas que tiramos de películas como espejo de lo que ocurre en la vida real. Ana Rosa Quintana suele tirar de filmografía muchas veces en sus editoriales. Hoy, la presentadora lo tenía huevo: «Al Capone«, «La mano que mece la cuna«… Podría haber de cualquiera película de Francis Ford Coppola o Martin Scorsese, pero eligió estas dos.
No es ninguna sorpresa que tales son las noticias, informes e investigaciones que acechan al Gobierno, que Ana Rosa Quintana tiene bidones y bidones de gasolina para prender la mayor de las hogueras. Todo lo que ocurrió este viernes, tras el informe de la OCU poniendo contra las cuerdas a Pedro Sánchez y cortando la cabeza de Santos Cerdán, era la leña; la comparecencia de Sánchez, la mecha; el editorial de Ana Rosa Quintana en El programa de Ana Rosa, el combustible.
Demoledor fue el comienzo, una bomba nuclear el resto: «Son unos sinvergüenzas, llevan robándonos 11 años mientras hablan de bulos y fango. 11 años de corrupción, cloacas, pucherazos, fontaneros, comisiones ilegales, prostitutas, cohecho, prevaricación y nepotismo».
«Un informe demoledor de la Guardia Civil al que el presidente da carpetazo con un «todo esto no tiene nada que ver conmigo», continuó parafraseando a Sánchez en su rueda de prensa de este jueves. Pero… «resulta que ir montado en un Peugeot recorriendo España con una «organización criminal» no tiene nada que ver con el presidente, como si Sánchez fuese el pasajero de un bla, bla car en el que coincidió por casualidad con tres chorizos que lo llevaron por casualidad hasta La Moncloa».
Cuando Ana Rosa Quintana anunció su regreso a las mañanas una de las cosas que comunicó a la prensa es que iba a mantener sus editoriales -suyos y nada más que suyos- y que iba a meter más ironía y sarcasmo. No por suavizar, sino por poner un poco de humor a situaciones que de graciosas tienen más bien poco. Al final, la ironía bien utilizadad es un puñar que desangra.
«¿Las consecuencias? Ninguna. Ni elecciones anticipadas, ni dimisión. Tan solo una auditoría externa, como si los libros de cuentas reflejasen las mordidas como hacía Al Capone. 44 días y 500 páginas ha tardado Sánchez en dar la cara. Y lo ha hecho apareciendo maquillado por un tanatopráctor para dar un discurso disfrazado de plañidera al borde de unas lágrimas que no le salen porque se estaba riendo de nosotros». Desangran y… matan.
El repaso de la presentadora de El programa de Ana Rosa fue aniquilador de principio a fin. Suena extraño cuando es diario, pero cuando pones encima de la mesa todo, la aniquilación se convierte casi en la crónica de una muerte anunciada: «Sólo le quedó tomarse cinco días de reflexión. Un victimismo impostado que se traduce en que Sánchez va a aguantar hasta 2027 porque no asume ninguna responsabilidad».
«Él nombró a sus imputados y él los ratificó cuando estaban bajo sospecha. El «in vigilando» lo convirtió en un «in ratificando». Un cinismo insólito que comenzó en las primarias de 2014, cuando Santos Cerdán le dijo a Koldo: «Sin que nadie te vea mete dos papeletas». Luego vendría la urna tras el biombo, el Peugeot, la imputación de su mujer, la de su hermano, la de su fiscal general, la de su primera mano derecha Ábalos y la de su segunda mano derecha Cerdán. Nadie en la historia había perdido dos manos derechas«, senteción Ana Rosa Quintana.
«¿Quién será ahora la mano que mece la cuna para amañar primarias o negociar legislaturas con fugados en Waterloo o con Bildu?», se preguntó la comunicadora refiriéndose a que Santos Cerdán fue el hombre que negoció con Puigdemont para que éste le diera los votos que Pedro Sánchez necesitaba para la investidura.
«Quedan pocas manos, porque todos se las han quemado poniéndolas en el fuego. Que pase el siguiente», añadió. Pero no sólo Sánchez iba a recibir, también el Gobierno de coalición, lo socios y su tibieza: «¿Y qué decir de sus socios? Tampoco tienen vergüenza. Cuanto más débil está Sánchez más tajada sacan».
«Como buen aizkolari, Koldo es un hacha cortando cabezas con sus grabaciones. ¿Quién será el siguiente? Aldama asegura que ha llevado en su jet privado a Zapatero. Sánchez dijo: «De la A de Ayuso a la Z de Zaplana todos tienen un caso de corrupción para cada letra del abecedario». Presidente, veremos que es lo que pasa, desde la A de Ábalos hasta la Z de Zapatero«. Porque la realidad siempre supera a la ficción.
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