Crónica de un día sofocante a más de 43 grados en la capital pacense: los bomberos reciben cursos contra los síncopes por calor, la policía busca desesperadamente a un pirómano que ha provocado nueve incendios en los últimos días y las piscinas aumentan en un 20% su aforo Leer Crónica de un día sofocante a más de 43 grados en la capital pacense: los bomberos reciben cursos contra los síncopes por calor, la policía busca desesperadamente a un pirómano que ha provocado nueve incendios en los últimos días y las piscinas aumentan en un 20% su aforo Leer
Badajoz se ha convertido estos días en el horno de España. No hay tregua en la ciudad extremeña (150.570 habitantes) en este inicio aterrador del mes de agosto. La segunda ola de calor del verano parece no tener fin. El domingo, la capital pacense registró la temperatura más alta de España, con 43,4 grados, por encima de los 42,7 ºC de Montoro (Córdoba), los 42,6 ºC en Mérida (Badajoz) y los 42,5 ºC medidos en Bailén (Jaén), Fuentes de Andalucía (Sevilla) y Almadén (Ciudad Real).
Los pacenses se derriten en la primera semana laboral de agosto, aunque este primer día no es un lunes comparable a cualquier otro. Se nota en la circulación. Muchos vecinos están de vacaciones. La ciudad funciona a medio gas y hasta se puede aparcar en el centro sin demasiados problemas. Hay menos actividad en las calles, aunque varias obras importantes intentan acelerar su ritmo para el comienzo del curso. La jornada laboral de la construcción establece siete horas diarias de trabajo continuado durante el periodo del 14 de julio al 14 de agosto, pero los sindicatos han pedido ya que se haga extensiva para todo el verano. Y apelan a un dato: el pasado 29 de junio se alcanzaron los 44,9 ºC en Alconchel (Badajoz) y en Mérida los 44,5 ºC. Y lo peor puede estar por venir estos días.
Desde primera hora, en la radio y en los móviles ya se ha informado sobre la la alerta de nivel naranja establecida en casi toda la región y minutos después llegará la primera consecuencia irremediable: una persona de avanza edad, 85 años, ha fallecido en el Hospital Perpetuo Socorro de Badajoz. Es la segunda víctima mortal en Extremadura por las altas temperaturas. En julio murió otro varón en Plasencia, esta vez de 67.
El Ayuntamiento aprovecha el inicio agosteño para celebrar el último pleno municipal del curso político. Antes de las 12.00 han terminado. Todavía hay gente paseando por las calles -otros tomándose algún café en las terrazas- que se cruzan con los pocos turistas que se han atrevido han subido a la parte alta de la ciudad, las imponentes murallas de la Alcazaba Árabe, principal referencia monumental. Botella de agua en mano, el matrimonio formado por Paula y Ricardo, junto a su hijo Diego, han cambiado la playa de Rota (Cádiz) por caminar acompañados por un fuego abrasador: «Es que el mar lo tenemos siempre, y ahora en esta época va mucha gente allí, así que hemos decidido hacer turismo de interior…», se excusa la mujer.
A escasos metros, un grupo de jóvenes (Álvaro, Elsa, Atenea, Roberto y Francisco), deambula de un lado para otro, con un mapa en la mano. No paran de sacar agua de sus mochilas. Se trata de estudiantes universitarios (Ciencias del Deporte, Enfermería, Filología Inglesa o 2º de Bachillerato) que aprovechan el verano para sacarse el título de monitor de ocio y tiempo libre. A modo de ‘yincana’, deben de completar un reto de 13 pruebas de 9.00 a 13.00 horas. En el pequeño resquicio de sombra que ofrece un banco junto al Ayuntamiento, se toman una tregua. «Hemos hecho ya 9, pero no podemos más, aquí ya no se puede ni respirar, es insoportable».
El domingo, cuando Badajoz se convirtió en la sartén de España, aumentaron las visitas a la piscina municipal de La Granadilla en un 20%. «Llegamos a las 604 personas cuando lo normal es que en este mes baja un poco la asistencia con respecto a julio porque muchos se van a la playa», señala el coordinador municipal de éste área, José Manuel Pérez. Este complejo -que cuenta con un vaso olímpico de 50 metros, una segunda auxiliar y otra para los de edad infantil- es una de las dos alternativas para que los pacenses se den un chapuzón durante todo el día. Como las temperaturas sigan así, «podemos llegar a superar las mil personas de capacidad».
Socorristas, vigilantes, taquilleros, enfermeros y personal de mantenimiento, además del servicio de cafetería y merendero, ya han tomado medidas ante el aumento de demanda que se aproxima.
Durante las últimas semanas, un pirómano ha traído de cabeza a las autoridades. Aún sin detener, el autor ha provocado hasta nueve incendios de pasto en los alrededores de la ciudad con más de 500 hectáreas afectadas en las zonas de Sancha Brava, la carretera de Olivenza, la urbanización Tres Arroyos y Las Vaguadas: «Han sido todos siempre más o menos a la misma hora», señala a Jerónimo Hernández, suboficial de una plantilla de bomberos de Badajoz que alcanza los 68 miembros en turnos de 11 unidades de trabajo cada 24 horas. «Hemos tenido mucho trabajo estos días porque han sido fuegos muy intensos que han hecho elevar todavía más las temperaturas», advierte.
Entre salida y salida, esta semana la plantilla ha comenzado un curso de sistemas y medidas de preventivas contra los golpes de calor para evitar los «síncopes», tanto propios como de los posibles ciudadanos que puedan atender: Entre las herramientas, el estar siempre bien hidratado, controlarse la fiebre si aparece y avisar a los compañeros de la aparición de los primeros síntomas si llegan a aparecer.
La Policía Local también apela a la precaución. Toni Mesas, intendente de la Policía Local, explica que existe un convenio en la plantilla (220 agentes) por el cual no se usan las motocicletas, ni las patrullas van a pie, en los días donde los termómetros superen los 35 ºC, como es el caso. «Tenemos suficientes coches con aire acondicionado para que todos realicen el trabajo de igual manera y sea igual de eficaz, de lo contrario, sería imposible con estas temperaturas, sobre todo a ciertas horas del día», explica.
Llega el mediodía. La ciudad se refugia como puede, casi no se escucha ya ningún ruido, las máquinas de obra han parado. A lo lejos, ya con cerca de 40 grados, aparecen dos turistas con pinta de despistadas que suben las empinadas escaleras de unas de las torres de la Alcazaba: «Hemos llegado hoy y no nos imaginábamos este calor; en Brasil también lo hay, pero es diferente…», acierta a decir Marcia. Su hija, Eduarda, camina casi atropelladamente en dirección al hotel. «Nos vamos ya». A esas horas no se puede hacer turismo, y casi nada, en Badajoz».
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