Más de 60 personas de origen migrante y en situación irregular que vivían en el asentamiento de tiendas del parque Joan Miró, en el distrito del Eixample, han sido desalojadas a primera hora de la mañana de este martes en Barcelona. La actuación, coordinada por el Ayuntamiento, ha contado con la participación de la Guardia Urbana (GUB), los Mossos d’Esquadra, los servicios de limpieza y el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB). El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, ha explicado que se ha realizado el desalojo “para garantizar el normal funcionamiento de la biblioteca del parque” y ha recordado otros desmantelamientos recientes (en los parques de la Ciutadella o la estación del Nord).
El Ayuntamiento anuncia que “impedirá” nuevos campamentos en el espacio público y recuerda los desmontados recientemente en los parques de la Ciutadella o la estación del Nord
Más de 60 personas de origen migrante y en situación irregular que vivían en el asentamiento de tiendas del parque Joan Miró, en el distrito del Eixample, han sido desalojadas a primera hora de la mañana de este martes en Barcelona. La actuación, coordinada por el Ayuntamiento, ha contado con la participación de la Guardia Urbana (GUB), los Mossos d’Esquadra, los servicios de limpieza y el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB). El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, ha explicado que se ha realizado el desalojo “para garantizar el normal funcionamiento de la biblioteca del parque” y ha recordado otros desmantelamientos recientes (en los parques de la Ciutadella o la estación del Nord).
Batlle ha asegurado que el Ayuntamiento “no permitirá la ocupación invasiva del espacio público” y ha anunciado: “Impediremos que se consoliden los que pueda haber en el futuro”. El regidor ha considerado que todas las administraciones, la catalana, española y “hasta las europeas”, deben actuar ante situaciones que derivan de “las políticas migratorias”
Batlle ha reconocido la gravedad de estos asentamientos en la ciudad, que suelen comenzar con tiendas de campaña y, con el tiempo, crecen con la construcción de chabolas. “Nos preocupan, porque reflejan una problemática social muy grave que requiere canalización, pero no puede haber una ocupación invasiva del espacio público que degrada tanto el entorno, como la vida de las propias personas que se alojan en él”. Los agentes municipales han instado a los ocupantes a recoger sus pertenencias a primera hora del día, pero las podrán recuperar más tarde “con toda la pulcritud”, ha asegurado Batlle, que ha afirmado que no ha habido accidentes durante la actuación.
El representante municipal ha recordado que, en las últimas semanas, el Ayuntamiento realizó operaciones similares en el parque de la Ciutadella, la Estació del Nord y Nou Barris. Según el teniente de alcalde, la intervención de este martes, “busca garantizar el normal funcionamiento de la biblioteca Joan Miró y recuperar la convivencia con otros usos del espacio público”. También ha insistido en que los servicios municipales realizan un seguimiento social para vincular a las personas desalojadas, si es necesario, con los recursos asistenciales disponibles.
En el asentamiento del parque de Joan Miró vivían personas como Zara Naomi, una mujer de 45 años originaria de Benín, que había llegado a España hacía menos de un mes junto a su hijo en busca de una oportunidad de trabajo. Así como ella, gran parte de los residentes del lugar no hablaban castellano. Según relatan, el espacio era un “lugar de acogida a la espera de la ayuda con los papeles”.
La directora del Centro de Urgencias y emergencias sociales de Barcelona (CUESB), Maribel del Moral, ha explicado que su equipo ha ofrecido atención directa en el lugar. “Estamos allí para dar información social, después, dependiendo del perfil, orientamos o derivamos al servicio correspondiente”, ha detallado. El CUESB ha informado a una veintena de los habitantes del campamento y ha atendido a otros tres que ya habían sido atendidos por servicios de sinhogarismo y de migración.
El Ayuntamiento asegura que respetará las pertenencias de las personas afectadas y que seguirá trabajando para evitar la consolidación de nuevos asentamientos. “El espacio público es de todos y la ciudadanía tiene derecho. Hemos de poner recursos para atender las situaciones personales que se puedan producir”, ha concluido Batlle.
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