El gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se planta y no llevará su proyecto de presupuesto para 2025 a votación tal y como tenía previsto esta semana. Los socialistas solo tendrían los votos de ERC, y no aceptan las exigencias de Barcelona en comú, a quienes necesitan para alcanzar la mayoría absoluta. Visiblemente molesto y duro con los comunes y asegurando que lleva “cinco meses meses negociando y alcanzado acuerdos”, el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha comunicado la tarde de este lunes que “el Gobierno se planta y da por cerrada la negociación del presupuesto de 2025″. “No lo llevaremos a votación”, ha sentenciado y Valls ha acusado a los comunes de “enrocarse” y “poner excusas”.
El Ayuntamiento funcionará lo que queda del año 2025 con las cuentas del año pasado prorrogadas
El gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se planta y no llevará su proyecto de presupuesto para 2025 a votación tal y como tenía previsto esta semana. Los socialistas solo tendrían los votos de ERC, y no aceptan las exigencias de Barcelona en comú, a quienes necesitan para alcanzar la mayoría absoluta. Visiblemente molesto y duro con los comunes y asegurando que lleva “cinco meses meses negociando y alcanzado acuerdos”, el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha comunicado la tarde de este lunes que “el Gobierno se planta y da por cerrada la negociación del presupuesto de 2025″. “No lo llevaremos a votación”, ha sentenciado y Valls ha acusado a los comunes de “enrocarse” y “poner excusas”.
Valls ha mostrado tanta atención y reconocimiento hacia ERC, como malestar con los comunes: “Dicen que no al presupuesto del tranvía y de la vivienda”, ha resumido sobre exigencias del grupo que capitanea Janet Sanz que el gobierno municipal ha aceptado en materia de transporte o la crisis de vivienda. “Llevamos cinco meses, 30 reuniones, tres comisiones para cerrar acuerdos de ordenanzas y presupuestos y durante estos meses hemos incorporado demandas de ERC y Barcelona en comú”, ha asegurado y ha afirmado que “no se pueden eternizar las negociaciones cuando la percepción es de que cada vez hay más exigencias, un tono más elevado y líneas rojas y exigencias de última hora”. Sobre esta última, Valls se refería a la de los comunes de no flexibilizar el 30%, la norma que obliga a los promotores a destinar un 30% de los pisos que construyen a vivienda social.
Con todo, Valls ha asegurado que “la ciudad tirará adelante” y ha asegurado que el presupuesto del año pasado prorrogado permite “funcionar”, aunque “no es tan fácil”. La propuesta de cuentas presentada la semana pasada incrementaba un 1,2% la del año pasado (3.850 frente a 3.807 millones de euros).
Valls criticado a los comunes por mantener que el ejecutivo socialista no ha incorporado ninguna de sus demandas y ha enumerado varias: más presupuesto para vivienda, licitar el tranvía hasta Francesc Macià y hacer el tramo hasta paseo de Gràcia, o bonificaciones al transportes. El responsable de Economía también cedió con las terminales de cruceros.
Los comunes: “No nos levantaremos de la mesa”
Esta misma mañana, el portavoz de los comunes en el Consistorio, Marc Serra, ha comparecido para asegurar que los comunes “no se levantarán de la mesa” pero ha reiterado sus exigencias: un compromiso del alcalde de que no flexibilizará el 30% que obliga a los promotores a hacer vivienda social, seguir desplegando pacificaciones en el marco del programa Superilla, o una funeraria pública.
Por parte de ERC, el grupo municipal ha recordado que “todas” sus propuestas “están incluidas en la prórroga”, en referencia a los compromisos alcanzados el año pasado y a los negociados para dar el sí al proyecto de 2025. El grupo republicano ha presumido de cuestiones como refuerzos de seguridad, presupuesto para vivienda, o la creación de un centro digital del Catalán, o la ampliación del Bicing. “ERC vuelve a marcar el rumbo y la ambición que necesita Barcelona”.
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