¿Cuánto mide el cometa interestelar 3I/ATLAS? ¿Supone algún peligro para la Tierra? Esto es lo que sabemos del objeto celeste recién descubierto

El tercer objeto interestelar que se detecta ha sido denominado 3I/ATLAS y fue descubierto el 1 de julio desde Chile. Durante la pasada noche han confirmado que se trata de un cometa. Los astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias rastrean lo rastrean con varios telescopios de Tenerife Leer El tercer objeto interestelar que se detecta ha sido denominado 3I/ATLAS y fue descubierto el 1 de julio desde Chile. Durante la pasada noche han confirmado que se trata de un cometa. Los astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias rastrean lo rastrean con varios telescopios de Tenerife Leer  

Fue descubierto el pasado 1 de julio y en menos de tres días, los astrónomos han averiguado que se trata de un cometa interestelar, es decir, que viene de fuera de nuestro sistema solar. Hasta ahora, sólo en otras dos ocasiones se habían detectado visitas de objetos procedentes de un sistema solar diferente al nuestro, por lo que 3I/ATLAS, como ha sido bautizado, es el tercero que captan los telescopios.

«Ha sido muy rápido. Se descubrió desde Chile con uno de los telescopios de la red de detección temprana ATLAS, dedicada a detectar asteroides que se acercan a la Tierra y pueden tener riesgo de colisión, pero como escanea el cielo, detecta muchas más cosas», explica en conversación telefónica Julia de León, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y responsable del grupo de Sistema Solar, que está participando muy activamente en la observación del objeto 3I/ATLAS.

Imágenes tomadas durante la noche del 2 de julio con el telescopio ATLAS-TeideIAC

De hecho, durante la pasada madrugada han estado rastreando este objeto interestalar con varios telescopios del Observatorio de Tenerife del IAC, donde se encuentra precisamente uno de los telescopios de la red mundial ATLAS que han permitido este hallazgo. Además de utilizar el ATLAS-Teide, esta noche han apuntado hacia él con el telescopio de un metro TST, y han obtenido imágenes con el telescopio TTT, de dos metros. Con todas estas observaciones realizadas en las últimas horas, señala De León, han contribuido a determinar la órbita de este objeto y han confirmado la presencia de una coma extendida, asociada a un cometa.

Como explica Julia de León, en estos momentos el cometa se dirige hacia el Sol: «Alcanzará su máximo acercamiento a nuestra estrella el próximo 30 de octubre, situándose a 1,354 unidades astronómicas, equivalentes a 200 millones de kilómetros de distancia.

Este cometa, asegura, «no supone ninguna amenaza para la Tierra», pues se encuentra a gran distancia. Incluso cuando haga su máximo acercamiento a nuestro planeta, entre el 18 y 19 de diciembre, estará a unos 270 millones de kilómetros (a 1,8 unidades astronómicas).

En lo que respecta a su tamaño, las primeras estimaciones sugieren que 3I/ATLAS podría tener entre 10 y 30 kilómetros de diámetro pero como señala esta astrofísica, es sólo una estimación: «El objeto refleja la luz del Sol, no emite luz, y su brillo del objeto depende del tamaño que tenga, de la distancia a la que se encuentre de la Tierra y el del Sol y de su composición, porque según los materiales de los que esté hecho brillará más o menos. Lo que hacemos es suposiciones del tamaño hasta que obtengas otro parámetro basándonos en lo que es habitual para esas características que tiene. Por eso ahora decimos que su tamaño está entre los 10 y 30 kilómetros», expone.

Sin embargo, esto es algo que funciona para los asteroides y no tanto para los cometas: «Los cometas tienen hielo en su interior y cuando se acercan al Sol, ese hielo pasa de estar en estado sólido a gaseoso, y eso provoca que emita mucho material, que también brilla y falsea el tamaño real porque la nube que hay alrededor te impide ver realmente el núcleo del cometa», señala. «Por eso, necesitamos seguir observando este objeto».

En esta reducidísima lista de objetos interestelares figura el famoso Oumuamua, descubierto en 2017, y el cometa 2I/Borisov, captado en 2019. » Este tipo de objetos interestaleres entran en nuestro sistema solar, lo cruzan y se marchan, y el problema con Oumuamua fue que lo detectamos cuando ya estaba saliendo del Sistema Solar, por lo que no lo pudimos hacer observaciones de mucha calidad. Finalmente se consideró un asteroide porque no tuvimos tiempo suficiente para detectar un posible coma», explica.

El hecho de que lo descubrieran cuando ya se estaba marchando, cuenta, propició también que se hicieran todo tipo de elucubraciones y se lanzaran hipótesis sobre Oumuamua, como que se trataba de una nave espacial extraterrestre, pese a que como señala De León, «todas las observaciones que se hicieron y los datos recopilados apuntaban que no era un objeto artificial»

Con Borisov, repasa, sí que tuvieron tiempo para observarlo en detalle, pues se detectó cuando se estaba acercando a nosotros. De hecho, Julia de León fue la primera científica que le sacó un espectro: «Lo que averiguamos sobre el objeto Borisov es que era muy parecido a la mayoría de cometas que podemos encontrar en nuestro propio sistema solar, no observamos en él nada que no estuviera representado en la población de cometas», señala.

Una vez que estos visitantes abandonan el Sistema Solar, no serán nunca más observables porque al no estar ligados gravitacionalmente al Sol, no van a volver, dice Julia de León.

El grupo del Instituto de Astrofísica de Canarias va a seguir rastreando el cometa con el telescopio ATLAS-Teide y están planificadas además nuevas observaciones con los telescopios TTT de dos metros y 80 cm, y con el telescopio óptico e infrarrojo más grande del mundo, el Gran Telescopio Canarias (GTC).

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