Si a mediados de febrero había 108 personas sin techo durmiendo en el aeropuerto de Barcelona, en mayo no llegaban a la mitad. Ahora, en pleno mes de agosto, no son ni una treintena las que se resguardan en la Terminal 1. Esta reducción se debe, en parte, a la activación de unas actuaciones mínimas de los servicios sociales tras el acuerdo a cuatro bandas al que llegaron en abril la Generalitat, los ayuntamientos de Barcelona y El Prat de Llobregat y Aena. Sin embargo, el convenio todavía carece de fechas concretas para que empiece a andar a pleno rendimiento. Según fuentes del Departamento de Derechos Sociales, todas las partes han firmado ya el convenio a falta del Ayuntamiento de Barcelona, por “dificultades administrativas”, pero se espera que esté completamente cerrado en septiembre.
El verano y la afluencia de pasajeros reduce la presencia de personas que pernoctan en las terminales del aeródromo barcelonés
El verano y la afluencia de pasajeros reduce la presencia de personas que pernoctan en las terminales del aeródromo barcelonés

Si a mediados de febrero había 108 personas sin techo durmiendo en el aeropuerto de Barcelona, en mayo no llegaban a la mitad. Ahora, en pleno mes de agosto, no son ni una treintena las que se resguardan en la Terminal 1. Esta reducción se debe, en parte, a la activación de unas actuaciones mínimas de los servicios sociales tras el acuerdo a cuatro bandas al que llegaron en abril la Generalitat, los ayuntamientos de Barcelona y El Prat de Llobregat y Aena. Sin embargo, el convenio todavía carece de fechas concretas para que empiece a andar a pleno rendimiento. Según fuentes del Departamento de Derechos Sociales, todas las partes han firmado ya el convenio a falta del Ayuntamiento de Barcelona, por “dificultades administrativas”, pero se espera que esté completamente cerrado en septiembre.
En el comunicado que hizo la Generalitat en abril, el Departamento de Derechos Sociales cuenta con un dispositivo diario en el aeropuerto que permitió hacer las primeras derivaciones como paso previo a la puesta en marcha del nuevo dispositivo permanente. Un plan para el que la Generalitat dotará de medio millón de euros a los dos consistorios: 384.000 a Barcelona y otros 132.000 a El Prat de Llobregat.
La operación salida de agosto tiene sus efectos en la presencia de personas sin hogar que duermen en las terminales del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Entre el pasado jueves y el domingo, el aeródromo operó 4.219 vuelos, 200 más que en los mismos días del año anterior. Solo el jueves fueron más de un millar de aviones los que despegaron desde El Prat. La alta afluencia de pasajeros y unas semanas en las que el sofocante calor ha dado una tregua, ha dejado una imagen poco habitual en los últimos meses en las instalaciones aeroportuarias.
Durante la noche, no es hasta las 23.00 cuando aparecen algunas personas para refugiarse en la Terminal 1. Pero si antes lo hacían hasta una veintena de personas en la zona Intermodal, donde el aeropuerto conecta con el metro, en estas fechas son poco más de 10 las que acuden a este espacio. Lo mismo ocurre con los alrededores. Tanto pasajeros como otras personas sin hogar, solían quejarse de “auténticos campamentos” en zonas apartadas de los aparcamientos donde se daban condiciones de insalubridad por la falta de servicios. Sin embargo, este agosto no hay rastro de ellas. Solo a primera hora de la mañana, cuando el sol todavía no abrasa, algunos tratan de descansar en la pasarela elevada que conecta los aparcamientos con el vestíbulo principal de la terminal.

Lo cierto es que no es un fenómeno fijo, sino que, según Derechos Sociales, es una dinámica que es cíclica, que va por “oleadas” y fluctúa con el tiempo. La Fundació Arrels, entidad que atiende a personas sin hogar en Barcelona, señala que la estacionalidad del turismo y la inestabilidad meteorológica son factores condicionantes en la presencia de estas personas en el aeropuerto. Las cifras no son oficiales porque, como asegura la entidad, muchas de estas personas no se encuentran dentro del circuito de los servicios sociales, a pesar del censo que elaboró un equipo de técnicos en febrero para identificar patologías y definir los perfiles.
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