En cuanto aprieta el calor, la N-340 a su paso por la playa de Valdevaqueros, a las afueras de Tarifa, se parece más a una avenida que a la carretera que en realidad es. Hoteles, campings, chiringuitos y restaurantes a pie del arcén; personas paseando, haciendo la compra o de camino a la playa componen el paisaje habitual de cada verano. La vida pasaba, ociosa y despreocupada, hasta que en la tarde de este pasado martes un incendio forestal lo trastocó todo a la altura del camping La Torre. De golpe, hubo que cortar la carretera, evacuar a 5.000 vehículos y a 1.550 personas, la mayoría huéspedes de establecimientos hoteleros. A última hora de esta tarde se ha confirmado que la estabilización del incendio permitirá a todos volver a sus alojamientos y viviendas.
Los más de 1.500 vecinos y veraneantes que se hospedaban en hoteles desalojados ya pueden regresar a sus casas
En cuanto aprieta el calor, la N-340 a su paso por la playa de Valdevaqueros, a las afueras de Tarifa, se parece más a una avenida que a la carretera que en realidad es. Hoteles, campings, chiringuitos y restaurantes a pie del arcén; personas paseando, haciendo la compra o de camino a la playa componen el paisaje habitual de cada verano. La vida pasaba, ociosa y despreocupada, hasta que en la tarde de este pasado martes un incendio forestal lo trastocó todo a la altura del camping La Torre. De golpe, hubo que cortar la carretera, evacuar a 5.000 vehículos y a 1.550 personas, la mayoría huéspedes de establecimientos hoteleros. A última hora de esta tarde se ha confirmado que la estabilización del incendio permitirá a todos volver a sus alojamientos y viviendas.
“Ya no hay situación de riesgo”, ha explicado el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, después de la última reunión del comité de operaciones. Eso ha hecho que el grupo haya decidido rebajar la emergencia del nivel 1, donde llevaba desde ayer y que implica riesgo para las personas al nivel 0. “El incendio no está extinguido, ni en fase de control, pero sí en fase de estabilización. Eso da una estabilidad para que puedan volvrt las personas” a sus residencias, ha explicado Sanz, que ha avanzado que tras la comparecencia ante los medios iba a transmitir la noticia a los hoteles y las personas desalojadas.
“El fuego comenzó en La Peña, nos pilló de improvisto. Sería sobre las cuatro de la tarde cuando comenzó y empezaron al poco los desalojos por esa zona, fueron avanzando y a las seis de la tarde ya no quedaba nadie en nuestro hotel”, relata Sole Miras, recepcionista del hotel Tres Mares, un establecimiento ubicado a escasos metros de la costa. El establecimiento, en plena temporada alta, improvisó una respuesta para el centenar de clientes que tenía alojado en ese momento: los reubicó en alojamientos de Algeciras o Vejer.
Ya durante la mañana Sanz había pedido “tranquilidad y paciencia” a los habitantes y visitantes del diseminado de Casas de Porro, ante la previsión de una complicada y larga jornada. Las rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora estaban complicando el control del flanco más alejado a las viviendas. De hecho, aunque la N-340 estaba reabierta desde anoche, la Junta de Andalucía había prohibido hasta ahora acceder a las viviendas y recomendaba no aparcar en la zona o detenerse.
El municipio de Tarifa, siempre dominado por vientos de levante y poniente, es un escenario complejo para los incendios, sobre todo si estos se dan en días que soplan los primeros —más cálidos y secos—, en zonas de monte y cerca de viviendas. Todos esos condicionantes se han dado en las inmediaciones del paraje Torre de la Peña y el Parque Natural del Estrecho. A ese escenario se sumó durante una noche “intensa y compleja”, según ha valorado Sanz la mañana de este miércoles, la presencia de vientos cambiantes, conocidos en Tarifa como “locales”. Con todo, en el Servicio de Extinción de Incendios Forestales de Andalucía (INFOCA) saludaban haber evitado que el fuego saltase a la carretera y las edificaciones de la zona. “Hemos vivido situaciones muy complejas, difíciles y peligrosas”, ha asegurado Sanz.
La última actualización del incendio realizada por el INFOCA en la tarde de este miércoles mantiene desplegados hasta seis medios aéreos, entre helicópteros pesados e hidroaviones, después de que la tarde de ayer se llegase a materializar la presencia de hasta 17 medios aéreos. Los 14 grupos de bomberos forestales y los otros dos de las brigadas de refuerzo especial, apoyados por cinco parques de bomberos del Consorcio Provincial movilizados centran sus atenciones en la zona norte y este. Es en estos puntos donde el viento ha complicado las tareas de extinción y eso que en la cara norte se trabajaba en una zona que ya se había quemado hace un año. Las rachas de levante de más de 40 kilómetros por hora y la calidez del ambiente han complicado buena parte del esfuerzo de los bomberos. Al final, el personal desplegado entre uno y otro flanco “han recorrido del frente este hasta llegar al norte y darse la mano”, apunta Sanz.
La situación de relativa calma controlada de esta jornada contrasta con la tensión que se vivió en los primeros momentos del incendio en la tarde de ayer. “Fue un poco de pánico, tenía mucha virulencia, ha estado cerca”, acierta a valorar Breiner, trabajador de la pizzería Zero Nueve. El fuego pilló a su mujer en el establecimiento, donde también trabaja. “Se cerró todo por el incendio”, apunta el empleado, ya reincorporado en su puesto en la mañana de este miércoles. El propio Sanz asegura que el esfuerzo de coordinación fue grande para desalojar “en tiempo récord” a personas que se encontraban en la playa, los establecimientos hosteleros y hoteleros. En total, la evacuación movió 5.000 vehículos y 1.550 huéspedes y habitantes de la zona. El consejero de Presidencia no ha querido apuntar por ahora las hectáreas afectadas por un fuego que todo parece indicar que comenzó en una caravana del camping de La Torre por motivos que se desconocen.
Buena parte de esos clientes que pernoctaban en la zona decidieron regresar a sus casas. Fue el caso de los alojados en la pensión Copacabana, con capacidad para 39 personas. “Tuvimos que desalojar a todos y estábamos casi llenos”, explican desde el establecimiento. De las 1.550 personas desalojadas, 96 personas acabaron repartidas entre el pabellón de La Marina, a la entrada de Tarifa (que acogió a 56 personas) y el Albergue de Inturjoven de la ciudad (otras 42 personas). La fundación del chef José Andrés ha alimentado a todas ellas y a los efectivos desplegados en la zona, según ha apuntado Sanz.
Por ahora, el fuego solo se da por estabilizado, no por controlado ni extinguido. De ahí que Sanz haya pedido aún prudencia y ha recordado que los vientos cambiantes de Tarifa pueden provocar reavivamientos que espera que sean puntuales y controlables. “Ya no hay una situación de riesgo (…). Pero hay focos calientes todavía y habrá cambios de vientos a poniente”.
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