La presidenta del tribunal correccional de París dictó este lunes una sentencia histórica que condenaba a la líder del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN), Marine Le Pen, a cuatro años de cárcel y una inhabilitación política de cinco años. La pena deja prácticamente sin posibilidades a la tres veces candidata a las elecciones presidenciales de Francia de volver a intentarlo en 2027, la ocasión en que más cerca podía estar de lograr la victoria. Una circunstancia que divide radicalmente a la clase política del país y al electorado, fracturado entre quienes observan una decisión política de los jueces y los que, simplemente, creen que se ha aplicado la ley. Los primeros, sin embargo, constituirán el material humano sobre el que el RN construirá ahora su lucha.
Los ciudadanos y la clase política se muestran divididos ante la decisión del tribunal de apartar a la líder ultraderechista de la carrera presidencial
Los ciudadanos y la clase política se muestran divididos ante la decisión del tribunal de apartar a la líder ultraderechista de la carrera presidencial


La presidenta del tribunal correccional de París dictó este lunes una sentencia histórica que condenaba a la líder del ultraderechista Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, a cuatro años de cárcel y una inhabilitación política de cinco años. La pena deja prácticamente sin posibilidades a la tres veces candidata a las elecciones presidenciales de Francia de volver a intentarlo en 2027, la ocasión en que más cerca podía estar de lograr la victoria. Una circunstancia que divide radicalmente a la clase política del país y al electorado, fracturado entre quienes observan una decisión política de los jueces y los que, simplemente, creen que se ha aplicado la ley. Los primeros, sin embargo, constituirán el material humano sobre el que el RN construirá ahora su lucha.
El presidente del partido ultraderechista y delfín de Le Pen, Jordan Bardella, ha comenzado ya a agitar la calle y a preparar movilizaciones. Este marte por la mañana, en una entrevista televisada en la conservadora CNews, llamó a los franceses a “indignarse”. “Vamos a convocar este fin de semana movilizaciones y protestas pacíficas y serenas”, señaló. El problema para el RN, un partido de ley y orden, sin embargo, es el riesgo de que las movilizaciones terminen en desórdenes públicos.
El fantasma del asalto al Capitolio está muy presente en las filas del partido. “No hago un llamamiento a actos que podrían servir de argumentario a nuestros adversarios. Condeno con gran firmeza las amenazas que han sido proferidas a los magistrados. Las decisiones se pueden combatir políticamente, con el derecho, pero no con la violencia física. Condenamos toda forma de violencia o amenaza, también la de las palabras”, señaló Bardella consciente del riesgo que entraña sacar a miles de personas a la calle a protestar contra el sistema.
Le Pen, por su parte, comenzó también a inflamar a sus seguidores en una reunión con sus diputados. “Lo que acaba de ocurrir es un escándalo democrático de tal magnitud, una verdadera vergüenza para nuestro país”, manifestó. “¿Cómo podrán defender al señor Navalni? ¿Cómo podrán defender al principal opositor del señor Erdogan, que actualmente está encarcelado?”, enumeró, citando también al candidato rumano excluido de las elecciones presidenciales. “La injerencia de los magistrados en las elecciones presidenciales, eso sí que es una alteración del orden público”, arremetió. “El sistema ha apretado el botón de la bomba nuclear con este asunto”.
La división en este asunto alcanza también a la clase política, que intenta adoptar una visión coherente en estas horas para analizar la cuestión. “Francia es el único país donde se hace esto”. Las palabras, pronunciadas en una reducida reunión con diputados, revelan una cierta manera de pensar de una parte de la política. En este caso, lo relevante es que han sido pronunciadas por el primer ministro de Francia, François Bayrou. Y más allá de su desacuerdo técnico con la decisión de los jueces en el caso de Marine Le Pen, conviene recordar que ha sido investigado y condenado por un caso prácticamente igual. Como Jean-Luc Mélenchon, líder del la Francia Insumisa, que también ha criticado la decisión.
El fiscal jefe del Tribunal de Casación, Rémy Heitz, la instancia judicial más alta de Francia, defendió este martes la sentencia contra Marine Le Pen, acusada de estar motivada políticamente para impedir que la líder de la extrema derecha alcance la presidencia francesa. “La justicia no es política. Esta decisión no ha sido política”, afirmó Heitz, en una entrevista con la emisora RTL.
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Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes
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