El paso pendiente de Alejandro Davidovich y por qué el segundo mejor español no está convocado para la Copa Davis

Firma su mejor temporada, roza los títulos y el top 10, pero sigue sin controlar los nervios ni ganarse la confianza de David Ferrer. Leer Firma su mejor temporada, roza los títulos y el top 10, pero sigue sin controlar los nervios ni ganarse la confianza de David Ferrer. Leer  

Alejandro Davidovich, en el corazón de París, mandando a dormir al público francés: «Night, night», la icónica celebración de Stephen Curry, para cerrar su victoria ante el local Arthur Cazaux. En la ronda posterior del Masters 1000 galo caería ante Alexander Zverev, pero quedará el gesto. El español despidió su mejor temporada con todas sus virtudes: un tenista visceral, belicoso, enérgico… y con todos sus defectos. A sus 26 años, ya ha ascendido hasta el número 14 del ranking mundial, ha firmado triunfos de mérito ante rivales como Taylor Fritz, Jack Draper o Andrey Rublev, y ha estado cerca de levantar su primer título ATP. Pero todavía le falta un paso.

Este 2025 disputó cuatro finales -el ATP 250 de Delray Beach y los ATP 500 de Acapulco, Washington y Basilea-, y en las cuatro perdió, a veces con drama, con hasta tres bolas de campeonato desperdiciadas. Además, en ninguno de los Grand Slam alcanzó los cuartos de final. Capaz de aguantar a cualquier adversario en los días buenos, en los malos los nervios todavía le anulan.

«Este año me he entregado más al tenis, ha cambiado mi visión de la vida», comentaba a EL MUNDO durante el pasado Roland Garros, antes de detallar los cambios realizados para mejorar. De su Málaga natal se mudó a Montecarlo para contar con mejores compañeros de entrenamiento, dejó a su entrenador de toda la vida, Jorge Aguirre, en busca de nuevas ideas, y también contrató a otro preparador físico, otro fisioterapeuta y hasta a otro mánager. «Antes decidían por mí, ahora decido yo. Antes no era mi vida y ahora sí lo es. Hago lo que me gusta y nadie me juzga por lo que hago. Estoy tranquilo, estoy feliz y estoy en paz conmigo mismo», aseguraba a este periódico sobre su nueva versión.

Aún podría intentar disputar los dos torneos que le restan a la temporada, los ATP 250 de Metz y Atenas, aunque es poco probable que lo haga por las molestias físicas que arrastra. La única cita en la que podría volver a verse este curso es la Final a 8 de la Copa Davis, que se disputará del 18 al 23 de noviembre, pero España no le ha convocado.

En la lista del capitán David Ferrer sólo hay oficialmente cuatro convocados –Carlos Alcaraz, Jaume Munar, Pedro Martínez y Marcel Granollers-, y el quinto puesto parece que no será para él. El seleccionador suele premiar a quienes estuvieron en citas anteriores y, por eso, es más probable que llame a Pablo Carreño.

La relación entre Ferrer y Davidovich siempre ha tenido altibajos, y la renuncia del segundo mejor tenista español a disputar la eliminatoria previa ante Dinamarca, en septiembre, parece haber terminado de enfriarla. «Ahora no es momento de hablar de Davidovich», dijo el capitán en la Cadena SER tras la victoria ante el conjunto danés, y después le negó un puesto en la Final a 8. «Estando 18 del mundo [ahora 14], creo que merecía estar entre los cuatro mejores del país», lamentó luego el tenista en Marca. Justificó su ausencia por los problemas físicos sufridos durante el año y se autodescartó para una convocatoria de última hora.

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