Este jueves, el Instituto Arturo Soria en Manoteras ha cancelado la séptima hora de la jornada escolar ante la imposibilidad de garantizar el bienestar del alumnado. Con el regreso a las aulas ha vuelto el debate de la climatización y el aislamiento en los colegios madrileños, asunto que también ha llegado al pleno de la Asamblea con la presentación de una iniciativa legislativa popular para paliar las temperaturas extremas en los centros de enseñanza. Pero el PP y Vox se han posicionado en contra del texto, por lo que se espera que en la votación, que tendrá lugar a última hora de la tarde, la medida no salga adelante.
La propuesta ciudadana, apoyada con más de 72.000 firmas, solo encuentra el respaldo del PSOE y Más Madrid en la Asamblea
Este jueves, el Instituto Arturo Soria en Manoteras ha cancelado la séptima hora de la jornada escolar ante la imposibilidad de garantizar el bienestar del alumnado. Con el regreso a las aulas ha vuelto el debate de la climatización y el aislamiento en los colegios madrileños, asunto que también ha llegado al pleno de la Asamblea con la presentación de una iniciativa legislativa popular para paliar las temperaturas extremas en los centros de enseñanza. Pero el PP y Vox se han posicionado en contra del texto, por lo que se espera que en la votación, que tendrá lugar a última hora de la tarde, la medida no salga adelante.
Solo el PSOE y Más Madrid se han mostrado a favor de la propuesta impulsada por la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos (FAPA), los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, además de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). Parece que la iniciativa legislativa popular queda archivada sin avanzar hacia la tramitación parlamentaria para consolidarse como ley, pese a que la propuesta ciudadana fue apoyada con más de 72.000 firmas, superando las 50.000 exigidas. Su admisión a trámite se produjo el 1 de abril.
El rechazo del PP y Vox llega después de que la Inspección de Trabajo exigiese este lunes a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid la planificación de “medidas inmediatas de climatización y aislamiento en los centros educativos”, en un plazo máximo de dos meses, tras comprobar durante el verano que los colegios superaban los límites de temperatura establecidos, entre los 17 y los 27 grados.
Ya no son noticia los mareos o desmayos por el calor en los centros educativos, que llevan años colándose entre los titulares cuando empiezan a subir las temperaturas. Una de las primeras veces que se habló del tema fue hace casi una década, cuando Comisiones Obreras recibió varias denuncias al respecto. Pero Íñigo Enríquez de Luna, diputado por Vox, considera que a la iniciativa legislativa popular le falta rigor técnico. “Más que aspirar a mejorar la climatización, aspira a hacer proselitismo de la nueva religión catastrofista climática”, ha espetado.
Enríquez de Luna se ha posicionado a favor de reverdecer los patios, pero no de impulsar huertos ecológicos escolares, que a su juicio van en contra de la agricultura tradicional. “Las placas solares en los tejadillos son de todo menos eficientes. Sentido común sí, centros de adoctrinamiento climático, no”, ha expresado. Mirina Cortés, diputada de la Asamblea por el PP, tampoco ha mostrado su aprobación a la iniciativa legislativa popular. Ha trasladado que no es el recurso más idóneo en este caso, antes de enumerar diferentes medidas impulsadas por su partido, que a su juicio garantizan la climatización en los centros.
Cortés no ha cerrado la puerta a trabajar en iniciativas por otra vía y ha acusado al PSOE de querer “sacar tajada” con la iniciativa legislativa popular. El Consejero de Educación, Emilio Viciana, también ha mostrado su interés en reunirse con las entidades proponentes, pero ha respaldado la opinión de Cortés.
La decepción del portavoz socialista Esteban Álvarez ha sido palpable. Ha mostrado su descontento tras la decisión. “Esta iniciativa no tiene color político, tiene color humano”, ha expresado tras advertir que solo se han aclimatado 200 centros de 1.800. “Si seguimos a este ritmo, tardaríamos 50 años en acondicionarlos todos. Igual que un niño no puede aprender con hambre, tampoco lo puede hacer sudando o con frío”, ha lamentado.
Álvarez ha argumentado que los centros están muy anticuados y que sus sistemas de calefacción “son uno de los principales contaminantes de la ciudad”. Si el aire no se renueva de forma correcta, es normal percibir cansancio y somnolencia entre el alumnado, a su juicio. “Esto es un enorme error con consecuencias serias para la comunidad educativa. El problema engordará año tras año y esto será una bola de nieve”, ha lamentado tras recordar que el gasto por alumno en la educación pública madrileña es de 6.039 euros, mientras la media española es de 7.384.
“Se están saltando la ley que garantiza las condiciones dignas de los trabajadores. Hay centros educativos a 29 grados a las 9.00 de la mañana. Los niños madrileños tienen el mismo derecho a estudiar en condiciones dignas que los valencianos o los andaluces. No creo que un aire acondicionado sea ideológico”, ha expresado Pablo Padilla, diputado por Más Madrid.
Zonas verdes y paneles solares térmicos
La iniciativa legislativa popular presentada pretende regular las condiciones mínimas de habitabilidad tanto en los centros existentes como en los de nueva construcción. Entre otras cuestiones, esta propuesta incluye: sistemas de aislamiento térmico en fachadas; renovación de instalaciones eléctricas y cambios de unidades de climatización. También aboga por la mejora de aislamiento de carpintería, los nuevos sistemas de calefacción y climatización y la colocación de toldos o alternativas más eficaces en ventanas y patios de recreo.
La apuesta por la generación de zonas verdes y los espacios de sombra en el exterior de los edificios es clara en el texto. También la eliminación de elementos que generen islas de calor, la instalación de paneles solares térmicos o fotovoltaicos en tejados y aparcamientos o el uso de pinturas que favorezcan la menor absorción de calor.
La iniciativa legislativa popular pretende, además, elaborar un protocolo para hacer frente a las situaciones de adversidad climática y medioambiental, para minimizar el incremento de riesgo de estrés térmico por calor y frío. Además, quiere desarrollar en los centros educativos actuaciones dirigidas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y realizar auditorías energéticas que permitan detectar las deficiencias existentes en los centros.
“Tenemos patios que son auténticos solares, no hay quien esté ahí. Solo pedimos condiciones dignas para los niños, pasan muchísimo tiempo en los colegios e institutos”, ha reivindicado María Carmen Morillas, presidenta de la FAPA. En las escuelas infantiles, cuyo calendario escolar se alarga hasta el mes de julio incluido, la situación es preocupante. “Las familias recibimos muchas veces notificaciones en las que nos piden evitar llevar a los bebés a las aulas”, ha contado Morillas.
Aída San Millán, portavoz de Comisiones Obreras, ha pedido que se establezcan las condiciones mínimas de habitabilidad en los centros públicos. “Se están construyendo colegios e institutos nuevos con las mismas condiciones que se construían en los años sesenta”, ha señalado tras recalcar que las partidas presupuestarias de los centros son mínimas. “Les piden que bajen la calefacción en mitad de olas de frío, no puede ser”, ha reprochado antes de enumerar varios episodios de golpes de calor tanto en niños como adultos dentro de los centros educativos: “Ha habido que llamar a ambulancias, es una negligencia”.
El presidente de la FRAVM, Jorge Nacarino, ha mostrado su sorpresa ante lo sucedido. “En la recogida de firmas no encontramos diferencias entre barrios del norte y barrios del sur, era algo con lo que todo el mundo estaba de acuerdo. Si esto hubiera salido adelante, sería la primera vez en la historia de la Comunidad de Madrid que se aprobaría una iniciativa legislativa popular”, ha expresado.
Nacarino ha trasladado al PP que, tanto desde la comunidad educativa como desde el movimiento vecinal, recogen la mano que les han tendido, a pesar de no aprobar su iniciativa, para impulsar un pacto regional por la climatización de los centros escolares.
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