El telescopio James Webb descubre su primer exoplaneta: un mundo gaseoso más pequeño que Júpiter

El nuevo mundo descubierto por el telescopio más potente ha sido denominado TWA 7b, está a 110 años luz de la Tierra y se encuentra dentro de un disco de escombros rocosos y de polvo de una joven estrella que se formó hace 6,4 millones de años. Leer El nuevo mundo descubierto por el telescopio más potente ha sido denominado TWA 7b, está a 110 años luz de la Tierra y se encuentra dentro de un disco de escombros rocosos y de polvo de una joven estrella que se formó hace 6,4 millones de años. Leer  

Poco a poco y exoplaneta tras exoplaneta, los científicos están siendo capaces de descubrir mundos fuera del Sistema Solar más pequeños y con un tamaño más parecido al de la Tierra, algo muy complicado con la tecnología que existe actualmente. Gracias al telescopio espacial James Webb, el más potente del mundo, un equipo de científicos acaba de descubrir un mini gigante gaseoso, pues es más pequeño que Júpiter, el planeta más masivo de nuestro sistema solar. Los detalles de su detección se publican este miércoles en la revista Nature.

Denominado TWA 7 b, este nuevo exoplaneta se encuentra dentro de un disco de escombros de roca y polvo de una joven estrella que se formó hace 6,4 millones de años. Está situado a una distancia de la Tierra de 110 años luz y una de sus características más llamativas es que es 10 veces más ligero que los planetas que había sido captados anteriormente en imágenes.

Como explica a este periódico la autora principal del estudio, Anne-Marie Lagrange, se trata, además, del primer exoplaneta que realmente ha descubierto el James Webb: «Anteriormente este telescopio había obtenido imágenes de otros planetas, pero ya se conocían, ya fuera por imágenes (por ejemplo, el sistema planetario de la estrella HR8799) o por el método de velocidad radial (como los exoplanetas Epsilon Indi Ab o 14 Herculis c). Es decir, ya sabíamos que existían esos mundos, a diferencia de TWA 7b», detalla a través de un correo electrónico esta científica del Observatorio de París y del Centro Nacional de Investigación de Francia (CNRS).

Los exoplanetas son objetivos prioritarios para los astrónomos, pues además de buscar en ellos rastros de vida, les ayudan a comprender mejor cómo se forman los sistemas planetarios, incluido el nuestro. Si bien se han detectado fuera del Sistema Solar miles de mundos indirectamente, obtener imágenes de exoplanetas representa un verdadero desafío. Son menos brillantes y, vistos desde la Tierra, se encuentran muy cerca de su estrella. Su señal, ahogada por la de la estrella, no destaca lo suficiente como para ser visible. Para superar este problema, científicos del CNRS desarrollaron un accesorio para el instrumento MIRI del James Webb, un coronógrafo que puede reproducir el efecto observado durante un eclipse: enmascarar la estrella facilita la observación de los objetos que la rodean, sin que su luz los oculte. Esta técnica permitió al equipo, liderado por un investigador del CNRS, descubrir este nuevo exoplaneta.

Según Anne-Marie Lagrange, este descubrimiento supone «un gran paso en cuanto a la capacidad de obtener imágenes de planetas. Mientras los mundos más ligeros fotografiados hasta ahora tenían aproximadamente tres veces la masa de Júpiter, TWA 7b es tres veces más ligero, y lo que queremos es obtener imágenes de planetas con masas lo más bajas posible y, eventualmente, planetas con masa similar a la de la Tierra», expone. Asimismo, «abre la posibilidad de estudiar sus atmósferas, que es algo realmente importante para conocer cómo es un planeta».

El James Webb tiene el potencial de llegar aún más lejos en el futuro, y de hecho, los científicos esperan capturar imágenes de planetas con tan solo el 10 % de la masa de Júpiter. Aunque este descubrimiento allana el camino para la obtención de imágenes directas de exoplanetas terrestres, Anne-Marie Lagrange advierte que el James Webb no será capaz de tomar imágenes de planetas tan pequeños como la Tierra: «Necesitaremos las futuras generaciones de telescopios e instrumentos, como el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) que está construyendo en Chile el Observatorio Europeo Austral (ESO), el Telescopio Gigante de Magallanes (también en Chile), el telescopio espacial Observatorio de Mundos Habitables (Habitable Worlds Observatory o HWO) de la NASA o el Telescopio de 30 metros», señala. Ya se están identificando los sistemas más prometedores para estas futuras observaciones.

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