Israel ha lanzado en la madrugada de este viernes un ataque de gran envergadura y consecuencias imprevisibles sobre Irán. El Estado judío, que ha bautizado la ofensiva como Operación León Creciente, dice haber empleado unos 200 aviones de combate sobre un centenar de objetivos relacionados con uno de los elementos más sensibles en Teherán: su programa nuclear. El ataque —sin participación de Estados Unidos, según ha asegurado su Administración— ha alcanzado instalaciones nucleares, fábricas de misiles balísticos y a responsables militares. Los bombardeos, a los que Irán ha prometido una respuesta “severa”, se han prolongado durante al menos 12 horas.
Teherán, tras prometer una respuesta “severa”, lanza un centenar de drones hacia territorio israelí sin causar daños. EE UU asegura que no ha participado en la ofensiva ordenada por Netanyahu, que ha alcanzado las instalaciones clave de Natanz
Israel ha lanzado en la madrugada de este viernes un ataque de gran envergadura y consecuencias imprevisibles sobre Irán. El Estado judío, que ha bautizado la ofensiva como Operación León Creciente, dice haber empleado unos 200 aviones de combate sobre un centenar de objetivos relacionados con uno de los elementos más sensibles en Teherán: su programa nuclear. El ataque —sin participación de Estados Unidos, según ha asegurado su Administración— ha alcanzado instalaciones nucleares, fábricas de misiles balísticos y a responsables militares. Doce horas después, los bombardeos continúan.
El objetivo, según ha defendido en una intervención grabada el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es impedir que Irán consiga armas atómicas, algo que podría lograr “en menos de un año”. La operación, sin precedentes, ha sido preparada con muchos meses de antelación a nivel logístico y de inteligencia, con un despliegue incluso de hombres sobre el terreno nunca visto. Para dar una idea, las autoridades han hecho públicas algunas imágenes de vídeo en las que se ve a varios integrantes de los servicios secretos operar en suelo iraní con antelación. Teherán, que ha prometido un contraataque “severo”, ha lanzado un centenar de drones hacia territorio israelí que no han llegado a su objetivo.

Entre las víctimas mortales del ataque, según reconoce el propio régimen iraní y corrobora Israel, se encuentra el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, un cuerpo de élite que actúa como ejército paralelo, con una gran influencia tanto en el Gobierno como en la economía de Irán. Salami había asegurado poco antes del bombardeo que estaban listos para “contrarrestar cualquier agresión”. El jefe de la fuerza aérea de ese cuerpo, Amir Ali Hajizadeh, se encuentra asimismo entre los muertos.
También ha perdido la vida el general de división Mohamed Bagheri, jefe de las Fuerzas Armadas, según la televisión local. Asimismo, han caído otros responsables militares y al menos seis científicos del programa nuclear. La agencia iraní Tasnim los ha identificado como Abdolhamid Minouchehr, Ahmadreza Zolfaghari, Amirhossein Feqhi, Motalleblizadeh, Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi.
Fuentes oficiales de Teherán señalan que varios edificios residenciales han sido alcanzados por las bombas israelíes en la capital. La agencia de noticias Mehr ha informado de la muerte de al menos nueve personas entre Teherán, la capital, Tabriz, en el noroeste del país, y Shiraz, en el suroeste. Ambos países mantienen cerrado su espacio aéreo.

Israel se encuentra en estado de emergencia nacional, mantiene sus embajadas cerradas y los teléfonos móviles recibieron alertas para que la población se pusiera a cubierto ante la respuesta prometida por Teherán. El máximo jefe del ejército israelí dio por ciertas esas amenazas poco antes de que Irán lanzara el centenar de drones sin consecuencias. Irán ha desment¡do ese ataque a través de la agencia Fars.

El líder supremo iraní, Ali Jamenei, ha reconocido en un mensaje a la nación que las consecuencias del ataque israelí emprendido en la madrugada han sido contundentes, incluso en zonas residenciales, y ha subrayado que Israel ha de esperar una “respuesta severa”. Jamenei ha dicho que son varios los comandantes y científicos “asesinados” en los bombardeos, pero que “sus sucesores y colegas retomarán su trabajo de inmediato”.
“Nuestros bravos pilotos están atacando una gran cantidad de objetivos por todo Irán”, había anunciado Netanyahu a través de un vídeo en el que detallaba que el objetivo es “atacar la infraestructura nuclear, las fábricas de misiles balísticos y la capacidad militar de Irán”. En concreto, el mandatario israelí se ha referido al bombardeo llevado a cabo sobre la planta de Natanz, en la provincia de Isfahán, donde desde 2021 se mantiene un programa de enriquecimiento de uranio al 60% de pureza.
Fuentes oficiales iraníes reconocen que los bombardeos han alcanzado varias veces estas instalaciones. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), con personal en el terreno, ha confirmado el ataque sobre Natanz, aunque los niveles de radiación no han aumentado, según sus primeras mediciones tras la ofensiva. La OIEA aprobó el jueves una resolución contra Irán, al que acusó de no cumplir con sus obligaciones nucleares.

Como parte de la ofensiva, el Mosad (los servicios secretos israelíes en el exterior) llevó a cabo una serie de operaciones de sabotaje para desactivar las defensas aéreas y las instalaciones de misiles iraníes, según ha explicado Barak David, reportero de Axios, al canal estadounidense CNN. La operación ha incluido, según informa la agencia Reuters, el despliegue de armas guiadas de precisión en zonas abiertas cerca de los emplazamientos de los sistemas de misiles tierra-aire iraníes, el uso de tecnología avanzada contra los sistemas de defensa aérea iraníes y el establecimiento de una base de drones de ataque cerca de Teherán.
En la misión no han participado fuerzas estadounidenses, pero Netanyahu ha agradecido en su intervención el papel que desempeña el presidente Donald Trump para frenar la carrera armamentística de Teherán.
“Israel ha tomado medidas unilaterales contra Irán. No hemos participado en ataques contra Irán y nuestra principal prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región”, ha señalado Marco Rubio, jefe de la diplomacia estadounidense. En todo caso, Washington ha sido informado previamente del ataque, según medios israelíes.

Netanyahu ha recordado los ataques llevados a cabo por Teherán contra Israel los pasados meses de abril y octubre —los primeros de este tipo en la historia—, y cómo se defendieron golpeando en territorio iraní. Los misiles balísticos empleados entonces, cuya capacidad de producción eleva a 10.000 en tres años, “pronto podrían llevar carga nuclear”, ha advertido, una “amenaza intolerable” que podría extender la “pesadilla nuclear” incluso a Europa o América. “No lo olviden: Irán califica a Israel del pequeño Satán y a América del gran Satán”, ha dicho el primer ministro israelí.
Como en ataques anteriores, Netanyahu ha querido lanzar un mensaje al pueblo iraní, al que dice querer liberar con sus bombardeos del yugo del régimen que encabeza Jamenei. “Creo que el día de vuestra liberación está cerca”, ha sentenciado.
Las autoridades han decretado el estado de emergencia nacional, que permite el funcionamiento de los servicios críticos, y se han suspendido las clases en los colegios y la actividad comercial no esencial. El general Eyal Zamir, jefe de las Fuerzas Armadas de Israel, ha asegurado que llevaban “mucho tiempo” preparando esta operación y que se han realizado “esfuerzos sin precedentes”, pero ha remarcado que no puede “prometer un éxito absoluto”. “El régimen iraní intentará atacarnos como respuesta”, reconoce.
La orden del ataque de este viernes llegó de la mano de Netanyahu y de su ministro de Defensa, Israel Katz, el pasado lunes. Se había llegado a un “punto de no retorno”, según Zamir.
El primer ministro ha relacionado el Holocausto sufrido por los judíos a manos de los nazis hace 80 años con el “Holocausto nuclear” que supuestamente Irán pretende poner en marcha. Entiende que el primer intento de acabar con Israel ha fracasado. Se trata, según su visión, del que comenzó con la matanza que lideró la milicia palestina Hamás el 7 de octubre de 2023, cuando fueron asesinadas unas 1.200 personas en territorio israelí. Ese día se abrió la puerta a una nueva fase del conflicto regional en el que el Estado judío mantiene frentes abiertos, además de en Irán, a quien considera líder del eje del mal, en Gaza, Cisjordania, Yemen, Líbano, Irak y Siria. Teherán, según Netanyahu, busca ahora otra vía de ataque, que es la nuclear, y por eso justifica el golpe preventivo de este viernes.

En este sentido, Netanyahu se quiere erigir en salvador regional al permitir, bloqueando a aliados de Irán como la milicia chií Hezbolá en Líbano, que ese país tenga hoy un nuevo Gobierno. Algo similar, sostiene, ha ocurrido con la caída del régimen de Bachar el Asad en Siria; y es lo que busca también, aunque no lo ha logrado todavía, con su intento de liquidar a Hamás en Gaza, donde han muerto ya más de 55.000 personas bajo ataques israelíes desde el 7 de octubre de 2023.






A lo largo del jueves, las autoridades israelíes habían guardado un cauteloso silencio con respecto a la operación y su inminencia. Con la complicidad de su principal aliado, Estados Unidos, se había sembrado a través de diferentes medios de ese país la posibilidad de golpear a Teherán. Como si todo formara parte de la perenne dialéctica bélica, las filtraciones aludían a que Israel estaba listo. Trump se mostraba contrario a esa ofensiva y contaba con poder intentar llegar a un acuerdo con el régimen de los ayatolás, con el que ha sostenido varias rondas de negociación en torno al programa nuclear.
Ambas administraciones habían anunciado una sexta ronda negociadora en torno al armamento nuclear iraní para este domingo en Mascate, la capital de Omán. Previamente, el enviado de la Casa Blanca a la región, Steve Witkoff, iba a reunirse con una delegación de alto nivel israelí encabezada por el ministro de Asuntos Estratégicos y mano derecha de Netanyahu, Ron Dermer, y el jefe de los servicios secretos en el exterior, el Mosad, David Barnea.
Fuentes oficiales de Washington no dan por perdida la reunión de Omán, según la agencia France Presse. Pero, de momento, todo eso ha saltado por los aires con los bombardeos sobre Irán. Y así lo justifica Netanyahu: “Hoy es evidente que Irán solo está ganando tiempo. Se niega a aceptar el requisito fundamental de las naciones pacíficas. Por eso no tenemos más remedio que actuar. Y actuar ya. La decisión más difícil que debe tomar cualquier líder es frustrar un peligro antes de que se materialice por completo”. El primer ministro ha concluido su intervención con nuevas referencias al nazismo y las lecciones aprendidas a lo largo de la historia antes de recurrir a las sagradas escrituras: “Como nos enseña la Biblia, cuando alguien viene a matarte, levántate y actúa primero”.
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