A Ucrania le urge recibir buenas noticias y su presidente regresa de Roma con múltiples señales para la esperanza. Volodímir Zelenski no solo sale airoso, sino con resultados mejores de lo esperado de la cuarta Conferencia para la Recuperación de Ucrania, celebrada entre el jueves y el viernes en la capital italiana. A la lluvia de millones de euros que se preveía que aportara la Unión Europea se suman acuerdos de asistencia en defensa antiaérea y señales de que Estados Unidos ha vuelto a subirse al barco de la alianza internacional contra el invasor ruso.
La conferencia para la reconstrucción de Ucrania se salda con más aportaciones económicas, decisiones militares favorables al país invadido y muestras de un nuevo apoyo estadounidense
A Ucrania le urge recibir buenas noticias y su presidente regresa de Roma con múltiples señales para la esperanza. Volodímir Zelenski no solo sale airoso, sino con resultados mejores de lo esperado de la cuarta Conferencia para la Recuperación de Ucrania, celebrada entre el jueves y el viernes en la capital italiana. A la lluvia de millones de euros que se preveía que aportara la Unión Europea se suman acuerdos de asistencia en defensa antiaérea y señales de que Estados Unidos ha vuelto a subirse al barco de la alianza internacional contra el invasor ruso.
Rusia está castigando las ciudades ucranias con bombardeos masivos periódicos. Los objetivos son militares, pero también son psicológicos: desmoralizar a una población que a duras penas puede dormir y que no ve fin al calvario. Los resultados conseguidos por Zelenski en Roma son como agua de mayo para la sociedad atacada. El Gobierno ucranio y el británico firmaron en Italia un acuerdo por el que Londres se compromete a entregar a Kiev 5.000 misiles antiaéreos Thales durante los próximos 20 años. El presidente ucranio confirmó además que Alemania se ha comprometido a adquirir a EE UU dos sistemas de defensa antiaérea Patriot y Noruega, uno.
Zelenski detalló que está negociando con Washington la compra de 10 sistemas Patriot, lo que supondría un enorme avance para las defensas contra los misiles balísticos rusos. Los arsenales antiaéreos ucranios están bajo mínimos y Donald Trump, presidente de EE UU, indicó el jueves que su Administración está dispuesta a vender a sus socios de la OTAN este armamento para que lo transfieran a Ucrania.
El cambio de rumbo de la Casa Blanca también se ha podido sentir en la conferencia de donantes de Roma. Mientras Trump avanzaba que en breve anunciaría nuevas medidas de presión sobre el Kremlin, su enviado especial para Ucrania, el general Keith Kellogg, ganaba protagonismo en la capital italiana. Kellogg había sido relegado en la Administración Trump a un segundo plano por su cercanía a las posiciones de Kiev. La prioridad para el presidente estadounidense hasta este julio había sido establecer una buena sintonía con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Pero Trump ha terminado por reconocer que el líder ruso no tiene intención de negociar paz alguna y esta semana ya ha iniciado el proceso para aprobar, por primera vez en los casi siete meses de su mandato, una partida de armamento para Ucrania.
Kellogg ha sido una de las estrellas de la conferencia de Roma. Por primera vez participó además en una reunión de la Coalición de los Voluntarios, una alianza militar impulsada por el Reino Unido y Francia. Su conferencia también fue una de las más esperadas, y no decepcionó a la parte ucrania: “El presidente Trump dijo en la ONU que si las naciones luchan por su soberanía, nosotros lucharemos con ellas. Esto es por lo que precisamente está luchando Ucrania”. “Ucrania ha luchado sin dudar y Occidente tiene la obligación de asegurar que el sacrificio no ha sido en vano”, afirmó Kellogg. “Lo que está haciendo Ucrania es legendario. Hay que preguntarse: ¿queremos estar en el lado correcto de la historia?, ¿en el lado moral de la historia?”, añadió.
Los aliados europeos de Kiev también han redoblado su apuesta por Ucrania. El hecho mismo de que la conferencia se celebre en Roma es una muestra de ello. Bánkova, la sede de la presidencia ucrania, ve a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, como una victoria propia, una aliada que cuando llegó al poder en 2022 se temía que fuera próxima a las posiciones antieuropeístas del Kremlin, como sí sucede con otros líderes de la derecha nacionalista en Europa. Zelenski ve a Meloni como una interlocutora imprescindible por su buena relación con Trump.
Medio billón de euros
La intervención del canciller alemán, Friedrich Merz, también fue especialmente relevante, porque cuantificó la destrucción causada por Rusia en Ucrania: “por lo menos” 500.000 millones de euros. Merz indicó que hasta que el país agresor no pague esta cantidad, los aliados de Ucrania no desbloquearán los activos rusos congelados en el exterior. Que Merz estableciera esta cantidad es también importante ante un posible futuro tribunal internacional para condenar a Rusia a reparaciones por el daño provocado.
“Tengo dos mensajes, uno para Moscú y para el presidente Putin: no nos rendiremos”, dijo Merz en su intervención. “El otro mensaje es para Washington y para el presidente Trump: continúe con nosotros, continúe con los europeos, manténgase en la misma página de nuestra historia común”.
La Comisión Europea y el Ministerio de Innovación de Ucrania han presentado además este viernes la primera plataforma entre la UE y Ucrania para el desarrollo conjunto de tecnología militar.
La cuarta cumbre para la reconstrucción de Ucrania tiene una importancia crucial en lo material y social para asegurar que el país tiene futuro tras la guerra. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la creación de un fondo europeo para la recuperación de Ucrania avalado por la UE, Alemania, Francia, Polonia y el Banco Europeo de Inversiones. Von der Leyen cuantificó además en 2.300 millones de euros el nuevo paquete de asistencia financiera comunitaria para los presupuestos de Kiev, dentro de un programa de 50.000 millones apalabrados en 2024 y hasta 2027.
Más de ocho millones de ucranios, sobre todo mujeres y menores de edad, han abandonado el país y pocos tienen intención de regresar. El primer ministro ucranio, Denis Shmihal, subrayó el pasado 30 de junio a EL PAÍS que el apoyo de la UE es fundamental: “Cuando les preguntamos en qué condiciones regresarían, la seguridad es lo primero y el empleo lo segundo. La seguridad llegará cuando termine la guerra. El empleo estará si empezamos los proyectos de reconstrucción de Ucrania y la recuperación de las viviendas”.
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