En julio pasado, el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat constató esa recurrente conversación que se oye en la calle: alquilar una vivienda, sobre todo teniendo en cuenta los precios, es como tirar el dinero, así que mejor optar por la compra (siempre y cuando alcance el bolsillo). Esa conclusión y la falta de oferta de alquiler ayuda al auge del mercado inmobiliario, desatado en los cinco primeros meses del año pese al incesante aumento de los precios. La compraventa de casas se ha disparado un 20% en Cataluña entre enero y mayo, con más de 47.300 transacciones, según el INE. Y los precios en el primer semestre han aumentado un 9% respecto a un año antes, según la sociedad de tasación Tinsa.
La tesorería autonómica se aprovecha de la tributación y alcanza en la primera mitad del año 1.610 millones, cifra similar a la de 2007, último año antes del pinchazo inmobiliario
La tesorería autonómica se aprovecha de la tributación y alcanza en la primera mitad del año 1.610 millones, cifra similar a la de 2007, último año antes del pinchazo inmobiliario


En julio pasado, el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat constató esa recurrente conversación que se oye en la calle: alquilar una vivienda, sobre todo teniendo en cuenta los precios, es como tirar el dinero, así que mejor optar por la compra (siempre y cuando alcance el bolsillo). Esa conclusión y la falta de oferta de alquiler ayuda al auge del mercado inmobiliario, desatado en los cinco primeros meses del año pese al incesante aumento de los precios. La compraventa de casas se ha disparado un 20% en Cataluña entre enero y mayo, con más de 47.300 transacciones, según el INE. Y los precios en el primer semestre han aumentado un 9% respecto a un año antes, según la sociedad de tasación Tinsa.
La tesorería de la Generalitat sacó réditos de esa coyuntura gracias a los dos impuestos cedidos por el Estado que gravan sobre todo las operaciones del sector inmobiliario, el de transmisiones patrimoniales y el de actos jurídicos documentados. Entre ambos se quedó a unos pocos miles de euros de alcanzar los 1.610 millones de euros de ingresos hasta junio. Esa cifra representa un incremento del 20% respecto a la primera mitad de 2024 o 268 millones de euros más en cifras absolutas, según el último Informe Mensual de Ejecución presupuestaria publicado por el Departamento de Economía y Finanzas.
La evolución de esos dos tributos no es baladí, puesto que una parte importante de los ingresos recaudados por la Agencia Tributaria de Cataluña se cocinan en el mercado inmobiliario. Son la mayor vía de ingresos propia de la Generalitat. El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) aportó 1.201 millones, un 20% más que el año precedente. Ese tributo, abonado una vez que se adquiere una vivienda de segunda mano (también barcos y aviones), ha disparado las previsiones de recaudación del Departamento de Economía y Finanzas y en junio ya había aportado el 58% de los ingresos previstos para todo el ejercicio. El impuesto de actos jurídicos documentados (AJD), vinculado a las hipotecas, también creció a un ritmo del 20% y dejó en las arcas autonómicas un total de 200,8 millones de euros (68 millones más).
El impuesto sobre viviendas vacías, por otro lado, ha registrado una caída de ingresos del 38%, dejando en caja apenas 4,3 millones de euros en el primer semestre del año.
Si el mercado de la vivienda continúa calentándose como en los últimos meses, la Generalitat podría concluir el año con unos ingresos totales de 3.200 millones de euros, situándose en las mismas cifras que en 2007, justo cuando la burbuja inmobiliaria pinchó llevándose por delante la economía española.
Pese a esa similitud en lo que a ingresos públicos se refiere, el contexto hoy es muy diferente, empezando por que la banca no está en la misma ofensiva de venta de créditos hipotecarios como entonces y las ventas no mantienen aquella endiablada curva ascendente que culminó con una devastadora explosión. De hecho, el mercado no es ni mucho menos del mismo volumen: en los primeros seis meses de 2025 se han vendido unas 10.000 viviendas menos (un total de 47.300) que en 2017 y los precios medios por metro cuadrado de ahora son de 2.428 euros, 460 euros menos que entonces. Y en lo que llevamos de 2025 se ha firmado casi un tercio de las hipotecas de 2007 y por importes inferiores.
Posiblemente, uno de los factores que han empujado al incremento de los ingresos tributarios pese a esas diferencias coyunturales son los aumentos impositivos que han sufrido esos dos impuestos durante las últimas dos décadas.
Afectación coches eléctricos
Si el mercado inmobiliario juega a favor de los intereses recaudatorios de la Generalitat (a la hora de la compra de viviendas para incrementar su parque de pisos sociales esa tendencia no ayuda en nada), hay otra actividad que no va tanto en esa línea. Se trata del impuesto especial sobre determinados medios de transporte, que hasta junio de este año había recaudado 11 millones de euros menos. “El número de matriculaciones de vehículos está creciendo principalmente en el epígrafe de vehículos menos contaminantes, con un tipo impositivo del 0%. Asimismo, la base impositiva de los vehículos más contaminantes disminuye”, explica la última versión del informe de la Generalitat.
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Sobre la firma

Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de ‘Ara’, ‘Público’, ‘El Mundo’ y ‘Expansión’.
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