Desde hace nueve meses, la atención mediática, política y judicial sobre la dana se ha centrado, sobre todo, en las poblaciones valencianas ribereñas del barranco del Poyo, donde se registraron 192 de los 228 fallecidos en la tragedia, y en el peligro de ruptura de la presa de Forata. La pequeña presa de Buseo, la única propiedad de la Generalitat Valenciana, ha pasado mucho más desapercibida, a pesar de que estuvo a punto de reventar aquel 29 de octubre y se desbordó con fatídicas consecuencias.
El alcalde de Chera denuncia el abandono durante años del único embalse de titularidad autonómica, con un plan de emergencias inoperativo que no advirtió del peligro. Hubo dos fallecidos
Desde hace nueve meses, la atención mediática, política y judicial sobre la dana se ha centrado, sobre todo, en las poblaciones valencianas ribereñas del barranco del Poyo, donde se registraron 192 de los 228 fallecidos en la tragedia, y en el peligro de ruptura de la presa de Forata. La pequeña presa de Buseo, la única propiedad de la Generalitat Valenciana, ha pasado mucho más desapercibida, a pesar de que estuvo a punto de reventar aquel 29 de octubre y se desbordó con fatídicas consecuencias.
El pantano tenía tres de sus cuatro desagües de apoyo obstruidos y su plan de emergencias no estaba operativo. El agua se desbordó por coronación, alcanzando los dos metros y medio de altura por encima del muro de contención. Y la avenida causó la muerte de un padre y un hijo que vivían en Sot de Chera, el municipio más cercano aguas abajo de esa presa construida entre 1903 y 1915.
“Vino como un tsunami de repente, sobre las 22.45 horas“, explicó Ana María Coll, que perdió en su casa destrozada a su marido, Javier Sánchez, y a su hijo Javier, de tres años, antes de declarar en marzo ante la jueza de instrucción de la dana, Nuria Ruiz Tobarra. Nadie les avisó, nadie les rescató, nadie les contestó cuando llamaron al 112.

La magistrada no se ha olvidado y en su último auto, que se dio a conocer el pasado 30 de julio, recuerda a los dos fallecidos. También señala que, “en la documentación remitida por la Conselleria de Emergencia, consta la preocupación de los responsables de la Presa de Buseo por la misma”. Un ingeniero hidráulico advirtió de la situación a las 23:02 por correo electrónico al Centro de Emergencias. Y hubo durante la tarde avisos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) de “lluvia acumulada en el término de Chera, zona de Buseo”, agrega. La jueza manifiesta en su auto de rechazo a la imputación del presidente del CHJ, Miguel Polo, solicitada por acusación popular Liberum con base en la cronología entregada por la Guardia Civil “nada se pide”, sin embargo, sobre Buseo.
Para Francisco Portero, alcalde de Chera, municipio donde se ubica la presa, ha sido la crónica de una tragedia anunciada. Desde hace años, está denunciado el abandono y los problemas de una presa construida por la sociedad privada de regantes que pasó a integrar el patrimonio de la Generalitat a partir de 2011, tras ser gestionada por una de las numerosas fundaciones creadas por el Gobierno autonómico presidido por el PP a principios del siglo XXI, la mayor parte de ellas disueltas ese mismo año.

“Siempre he dicho que hasta que no hubiera muertos, no se haría nada y, desgraciadamente, así ha pasado: hasta que no ha habido muertos, no se le ha hecho caso a la presa”, se lamenta el alcalde socialista de la localidad de 500 habitantes, que se multiplican por cinco durante el verano. Ahora, la consejería de Agricultura ha anunciado una inversión de 30 millones de euros en tres años para reparar y acondicionar la presa autonómica. El resto son competencia directa de las confederaciones hidrográficas gestionadas por el Gobierno.
“Cuando la gestionaba la Fundación Buseo se dijo que iban a invertir 3,6 millones para convertir la presa en coto de pesca, en una gran zona recreativa y solo se gastaron 90.000 de euros en arreglar la terraza de la bonita casa del pantano” en la que se montaron fiestas privadas por el gerente de la fundación, denunciadas públicamente en su momento. “Cuando se disolvió la fundación, se despidió al vigilante”, recuerda el primer edil, de 63 años, que lleva 18 años en el cargo del municipio, emplazado aguas arriba del pantano.
La falta de atención llegó hasta el punto de que la presa de Buseo fue olvidada en el traspaso de poderes en 2015, cuando el PP perdió las elecciones y el PSPV-PSOE y Compromís alcanzaron el gobierno de la Generalitat. En 2017, hubo unas lluvias torrenciales en la zona que alarmaron a los vecinos. “Bajé al pantano y vi que el agua iba a saltar. Nadie lo vigilaba”, relata. Llamó al 112 y a la dirección general de Emergencias y le dijeron que nadie les había comunicado que la infraestructura hidráulica fuera de la Generalitat y. por tanto, competencia autonómica.

La Generalitat empezó a incluir varias partidas para estabilizar una ladera, cambiar una toma de riego o monitorizar el pantano. Pero la llegada del PP y Vox al poder en 2023 recortó las inversiones, según denuncian las diputadas autonómicas socialistas Alicia Andújar y Ana Belén Juárez. De los 200.000 euros presupuestados en 2024, por ejemplo, solo “se ejecutaron hasta noviembre 12.253,67″, apunta la segunda, mostrando la tabla oficial de gasto. “La Generalitat se desentendió gravemente de su presa durante la dana y desde el 112 tampoco hicieron caso de las llamadas. Ha habido primero abandono y después inacción por parte del Gobierno del PP”, critica Andújar.
El fatídico 29 de octubre el hijo del alcalde estuvo llamando infructuosamente desde Valencia al 112 (Chera se había quedado sin luz e incomunicada sobre las 21 horas) para advertir del peligro que él mismo estaba observando en su ordenador a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). Entre las 21.50 y las 22.10, se sobrepasa la cota de coronación. Cinco minutos más tarde, el medidor del SAIH ofrece su último dato antes de ser arrastrado por la avenida, indica el informe oficial entregado al juzgado.
La tromba de agua arrastró el cuerpo de Javier desde Sot de Chera a Vilamarxant, donde fue hallado, a más de 40 kilómetros, y castigó a partir de la medianoche a las poblaciones de Bugarra, Gestalgar o Pedralba, que ya habían recibido por la tarde otra avenida procedente probablemente de Chiva. El rastro de uno de los tres desaparecidos, que finalmente dieron también por muertos, se perdió en Gestalgar.
Preguntada la consejería de Agricultura por las críticas relativas al abandono de la presa de Buseo y a la falta de un plan de emergencias que avisara a la ciudadanía, fuentes del departamento dirigido por Miguel Barrachina aportan una relación completa de las obras de emergencias iniciadas en noviembre, cifradas en 4,8 millones. El consejero anunció el 26 de junio un plan global de actuación plurianual de 30 millones.
La consejería señala que el plan de Emergencia “arrancó en 2010″, pero retrasó hasta 2016. “Se rehizo en 2020 subsanado deficiencias señaladas en 2013 y se aprobó el 18 de julio de 2023. El día de la dana estaba en proceso de implantación, para lo que cuenta con un plazo máximo de cuatro años. ”Por ello, no fue posible activar los protocolos de avisos a la población, en caso de apertura y/o desbordamiento, recogidos en el Plan de Emergencia, ya que estos no se encontraban implantados ni operativos», añade el departamento.
No obstante, la presa de Buseo será la única en la Comunidad Valenciana que contará con el plan de emergencia con su implantación antes de 2027, señalan desde la consejería. La Confederación Hidrográfica del Júcar recuerda que todas sus presas y embalses cuentan con sus planes de emergencias aprobados. El de Forata fue aprobado desde 2010 y estuvo operativo durante el fatídico 29 de octubre.
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