La UE estrecha el cerco sobre la flota fantasma rusa y advierte de que el Kremlin la usa para ataques híbridos

La Unión Europea endurece su lucha contra la flota fantasma rusa. Bruselas quiere estrechar el cerco sobre la red secreta de barcos que Moscú utiliza para eludir las sanciones europeas y transportar su petróleo pese al embargo comunitario, uno de los elementos con los que financia su guerra contra Ucrania. Un documento confidencial del Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE), que cifra en hasta 1.400 los buques de la flota en la sombra del Kremlin, plantea nuevas fórmulas que permitan a los Veintisiete abordar para inspeccionar esos barcos y también para que el Kremlin tenga cada vez menos opciones a las que recurrir para transportar el crudo. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, advierte además de que el Kremlin ha utilizado esa flota fantasma también “como plataformas” para lanzar ataques híbridos contra Europa.

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 Un documento confidencial de Bruselas cifra en hasta 1.400 los buques de la red secreta de barcos con los que Moscú burla las sanciones para transportar petróleo  

La Unión Europea endurece su lucha contra la flota fantasma rusa. Bruselas quiere estrechar el cerco sobre la red secreta de barcos que Moscú utiliza para eludir las sanciones europeas y transportar su petróleo pese al embargo comunitario, uno de los elementos con los que financia su guerra contra Ucrania. Un documento confidencial del Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE), que cifra en hasta 1.400 los buques de la flota en la sombra del Kremlin, plantea nuevas fórmulas que permitan a los Veintisiete abordar para inspeccionar esos barcos y también para que el Kremlin tenga cada vez menos opciones a las que recurrir para transportar el crudo. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, advierte además de que el Kremlin ha utilizado esa flota fantasma también “como plataformas” para lanzar ataques híbridos contra Europa.

Cuando no está lejos el cuarto aniversario de la invasión rusa de Ucrania, y en un momento en el que Kiev se enfrenta a verdaderos problemas financieros y la Unión busca fórmulas para lanzarle otro salvavidas con dinero fresco, Bruselas explora fórmulas para estrangular la economía de guerra del Kremlin. Y la continua exportación de gas y petróleo de Rusia sigue siendo una “fuente importante de ingresos” para sostener la invasión, dice el SEAE. La UE impuso un embargo a la importación de crudo ruso transportado por vía marítima en diciembre de 2022; también estableció —junto al G-7— un tope al precio de su crudo.

Para evadir esas restricciones, Rusia se apoya en la que se denomina “flota fantasma” o “flota en la sombra”, una maraña de buques con bandera de terceros países con los que oculta el origen de su carga y la disfraza para ponerla en el mercado. Un estudio de la Kyiv School of Economics asegura que el Kremlin ha invertido unos 10.000 millones de dólares (8.570 millones de euros) en crear esa compleja red paralela. No es una fórmula nueva, ya durante la ley seca en Estados Unidos, hubo buques estadounidenses con bandera de Panamá que siguieron sirviendo alcohol, también se ha usado en los últimos 15 a 20 años por Corea del Norte e Irán para eludir las sanciones de la ONU. No obstante, Rusia la ha convertido en su fuerte para evadir las restricciones. Y sigue operando con impunidad.

El documento del SEAE, que debatirán este lunes los ministros de Exteriores de la UE en una reunión en Luxemburgo, describe una forma de actuación que dificulta la atribución y la rendición de cuentas. “Los barcos emplean diversas prácticas de transporte irregulares y de alto riesgo para ocultar el origen de su carga, como transferencias entre buques, la desactivación o manipulación de los sistemas de identificación automática o la ocultación de la identidad real del buque”, dice el texto. “A menudo, estos buques son deficientes, presentan un mantenimiento pobre y están subasegurados, incumpliendo las regulaciones internacionales y las estrictas normas y mejores prácticas del sector”, alerta.

Estos buques, cree Bruselas, no solo contribuyen a la economía de guerra de Rusia, sino que también representan amenazas para el medio ambiente y la seguridad de la navegación. “Un incidente con la flota en la sombra rusa puede provocar derrames de petróleo y otros tipos de contaminación hídrica, con consecuencias devastadoras para la economía azul y las comunidades costeras”, alerta.

Ataques con drones

Además, en los últimos tiempos, el Kremlin ha intensificado el uso de la flota fantasma también para lanzar ataques híbridos en Europa. “Incidentes recientes demuestran que la flota en la sombra también supone un riesgo para la infraestructura marítima crítica de la UE, incluyendo amenazas a la infraestructura energética y el suministro de energía, así como cortes de cables submarinos”, dice el informe.

El SEAE describe también incidentes inquietantes, como el caso Eagle S, un barco detenido finalmente en Finlandia sospechoso de dañar cinco cables submarinos en el Báltico en diciembre de 2024. O el caso Boracay, un petrolero de la flota paralela (también conocido como Pushpa o Kiwala y que ha podido tener 13 cambios de bandera en tres años) que las autoridades francesas investigan como sospechoso de lanzar un ataque híbrido sobre Dinamarca con drones a finales de septiembre. Esa agresión creó una enorme crisis de seguridad en Copenhague y obligó al cierre de varios aeropuertos civiles, entre ellos, el de la capital solo unos días antes de la cumbre europea.

La UE lleva tiempo queriendo ponerle coto a la flota fantasma rusa. Ha aprobado sanciones a centenares de esas embarcaciones y también ha incluido a los propietarios, las aseguradoras y los proveedores de servicios. También estudia incluir en su lista negra (que congela los activos en territorio europeo y veta los viajes a los 27 Estados de la UE) a quienes le “presten apoyo logístico”, como el abastecimiento de combustible.

Pese a las sanciones, el Kremlin sigue encontrando fórmulas y barcos con bandera de terceros países para transportar de manera ilegal su carga. Según el derecho marítimo internacional, todo buque debe estar registrado en un Estado, el que formalmente matricula el buque, otorga su nacionalidad y es responsable de garantizar el cumplimiento de las normas internacionales. Sin embargo, en la práctica, muchos Estados ofrecen banderas de conveniencia.

Un informe reciente del Royal United Services Institute (RUSI), señala que Moscú se aprovecha del fragmentado y permisivo sistema global de registro de buques. Numerosos Estados de abanderamiento permiten el registro con una diligencia debida mínima, sin verificar la titularidad efectiva ni evaluar el riesgo de sanciones, señala.

Ahora, en un paso más, el SEAE, que dirige la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, plantea a los Estados miembros un paquete de medidas que incluye, por ejemplo, la firma de tratados con otros países para que controlen los buques con su bandera e impidan su uso por la flota en la sombra. Esos tratados, además, incluirían incentivos a los Estados que proporcionan bandera a los buques para que cancelen el registro de los barcos sancionados.

Por ejemplo, Panamá, el mayor registro de buques, ha acordado desbanderar los buques sancionados por la UE y recientemente decidió dejar de registrar buques con más de 15 años de antigüedad, dice el SEAE. Sin embargo, como dice el informe del RUSI, los buques expulsados de un registro son absorbidos rápidamente por otro. Y han surgido nuevos: Camerún, Comoras, Gambia, Honduras, Mongolia, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona y Tanzania brindan servicios de abanderamiento a la flota en la sombra dice la investigación del RUSI.

También facilitarían una base para abordar los barcos de la red paralela rusa, plantea el organismo de Acción Exterior de la UE. “La UE podría apoyar a los Estados miembros en sus esfuerzos si estos aceptan concederle el derecho a negociar acuerdos en su nombre para abordajes preautorizados con fines de inspección”, propone el texto.

El SEAE espera recibir este lunes el visto bueno de los ministros de Exteriores para seguir adelante con su proyecto de estrangular a la flota fantasma rusa y redactar el marco que permitirá esos acuerdos con terceros países. Si es así, estará listo para recibir la luz verde definitiva a finales de noviembre.

Bruselas, además, quiere aumentar la cooperación con la OTAN en la detección de los buques fantasma. La Alianza Atlántica ha aumentado, con varias operaciones, el escrutinio de la flota en la sombra vinculada a las exportaciones de petróleo y también sospechosa de daño submarino a la infraestructura submarina crítica. Aunque, como detalla el informe del RUSI, Rusia ha contraatacado en varios casos desplegando cazas militares y corbetas armadas con misiles para escoltar a los petroleros.

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