El grupo de científicos que analiza los vínculos entre el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos advierte que, con el calentamiento actual de la Tierra de 1,3 grados, se espera que las condiciones extremas que agravaron los fuegos se produzcan cada 15 años Leer El grupo de científicos que analiza los vínculos entre el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos advierte que, con el calentamiento actual de la Tierra de 1,3 grados, se espera que las condiciones extremas que agravaron los fuegos se produzcan cada 15 años Leer
El pasado domingo, Protección Civil dio por terminada la trágica oleada de incendios forestales que durante casi tres semanas ha tenido en vilo a buena parte de España y se ha cobrado la vida de ocho personas. Apenas cuatro días después llega el primer estudio científico sobre la ola de calor de agosto y los numerosos fuegos forestales que se produjeron en esos días, sobre todo en Galicia y Castilla y León, que han sido las comunidades más afectadas.
Lo han realizado los científicos del clima que forman parte del World Weather Attribution (WWA), un grupo de investigadores independientes que analizan fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo para determinar si el cambio climático ha influido en ellos, y en el caso de que sí, hasta qué punto y de qué forma. Este estudio de atribución -como se denomina a estos análisis-, ha sido «ultrarrápido», según advierten los propios autores. Debido a la rapidez con la que lo han elaborado, se basa sólo en observaciones meteorológicas y no han utilizado modelos climáticos como han hecho en otras ocasiones.
Su conclusión, publicada este jueves, es que las condiciones meteorológicas cálidas, secas y ventosas que propagaron los incendios en la península ibérica «son ahora 40 veces más frecuentes y aproximadamente un 30 % más intensas en comparación con el clima que había antes del inicio de la era industrial».
Desde que nuestra civilización empezó a emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera, la temperatura global del planeta ha subido 1,3 grados. Los datos de este estudio sugieren que, en el clima actual, afectado por ese calentamiento de 1,3 grados, se espera que las condiciones extremas que agravaron los recientes incendios forestales se produzcan aproximadamente una vez cada 15 años.
La intensa ola de calor que sufrimos en España en agosto duró16 días -entre el 3 y el 18 de agosto de 2025-. Según los autores del estudio, el periodo de 10 días más calurosos de este episodio fue 200 veces más probable y tres grados más caluroso de lo que habrían sido si no fuera por los efectos del cambio climático.
Con el clima actual, se prevé que las temperaturas máximas registradas durante el periodo de 10 días más caluroso de la pasada ola de calor de calor se produzcan aproximadamente una vez cada 13 años. «Antes de que los humanos calentaran la atmósfera, temperaturas tan altas habrían sido extremadamente raras, y solo se habrían esperado menos de una vez cada 2.500 años», según el estudio.
«Los incendios forestales en Europa demuestran que el calentamiento de 1,3 grados actual ya es increíblemente peligroso. Si no se abandona más rápidamente el uso de combustibles fósiles, podríamos alcanzar los 3 grados en este siglo, y a ese nivel los incendios serían catastróficos», ha advertido en una nota de prensa Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima en el Imperial College de Londres. La científica, coautora del estudio, considera que «España está siendo duramente golpeada por el cambio climático», pues «estos enormes incendios se producen tras las devastadoras inundaciones en Valencia y otro verano de calor implacable por encima de los 40 grados».
Desde su punto de vista, «los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes, pero las muertes y los daños se pueden prevenir. Todos los niveles del gobierno deben trabajar juntos para adaptarse al cambio climático», ha afirmado esta científica del clima, que ha destacado también «la necesidad urgente de controlar la vegetación en las zonas rurales, en particular en las tierras que han sido abandonadas por los agricultores y pastores».
En ese sentido, el estudio advierte que los grandes desplazamientos de población del medio rural las ciudades han favorecido un crecimiento excesivo de los bosques, lo que está incrementando la cantidad de combustible disponible para los incendios forestales.
A 1 de septiembre, han ardido ya este año en España 380.000 hectáreas en 2025, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) de Copernicus. En las dos décadas comprendidas entre 1975 y 1994, la superficie media anual quemada fue de unas 232.000 hectáreas pero entre 2006 y 2024, la media anual se redujo a alrededor de 80.000 hectáreas, lo que según el estudio, se debe «principalmente a la mejora de las medidas de prevención y al endurecimiento de las penas para los responsables de iniciar incendios». Sin embargo, en 2025, la superficie quemada en nuestro país se ha multiplicado casi por cinco respecto a esa media.
Portugal también está sufriendo una temporada de incendios extrema, con 260.000 hectáreas quemadas que han convertido que a nuestro vecino en el país europeo proporcionalmente más afectado por los incendios este año.
Según Claire Barnes, del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres, estos incendios son un indicio de lo que está por venir: «Con cada fracción de grado de calentamiento, las olas de calor extremas y prolongadas seguirán intensificándose, lo que aumentará la probabilidad de que se produzcan grandes incendios forestales como los que arrasaron vastas zonas de la Península Ibérica».
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