Los chimpancés aprenden a comunicarse imitando a sus madres, no a sus padres

Una investigación realizada en Uganda concluye que los sonidos y gestos que realizan los chimpancés salvajes para expresarse son aprendidos socialmente de su entorno materno, y no está determinado genéticamente Leer Una investigación realizada en Uganda concluye que los sonidos y gestos que realizan los chimpancés salvajes para expresarse son aprendidos socialmente de su entorno materno, y no está determinado genéticamente Leer  

Averiguar cómo se comunican los grandes simios, nuestros parientes más cercanos, es una ventana para conocer cómo los Homo sapiens adquirimos nuestro lenguaje. Los niños humanos aprenden a expresarse a medida que crecen, y su comportamiento está fuertemente influenciado por sus principales cuidadores. Aunque los chimpancés también se hacen entender mediante sonidos, gestos, posturas y expresiones faciales, los científicos no tenían claro hasta qué punto estos comportamientos son aprendidos o están determinados genéticamente.

Para esclarecerlo, un equipo internacional centró su atención en chimpancés salvajes (Pan troglodytes) que viven en Uganda y, tras observar el comportamiento de una veintena de individuos, vieron que los gestos y sonidos que emiten son aprendidos de sus madres y de los familiares de su lado materno. Sus conclusiones se publican este martes en la revista PLOS Biology.

«Nuestros resultados muestran que los chimpancés adultos muestran un estilo de comunicación similar al de su madre y parientes maternos, pero no al de su padre y parientes paternos», resume a este diario Joseph Mine, el investigador de la Universidad de Zúrich (Suiza) que lidera este estudio en el que también han participado investigadores de EEUU y Reino Unido.

Una madre con su cría en la selva de Uganda
Una madre con su cría en la selva de UgandaRay Donovan

¿Hasta qué punto es un resultado sorprendente? «Me sorprendió en parte, ya que hasta ahora ha habido poca evidencia del aprendizaje social en la adquisición de la conducta comunicativa en chimpancés. Sin embargo, tampoco fue del todo sorprendente, ya que los chimpancés jóvenes pasan mucho tiempo interactuando con su madre y hermanos maternos, mientras que casi no pasan tiempo con su padre y hermanos paternos. Por lo tanto, si existe algún aprendizaje social, es evidente que este debería estar influenciado por los parientes maternos y no por los paternos», señala Mine.

Estudios previos, expone, habían demostrado cierta influencia social en el comportamiento comunicativo de los chimpancés. «Sin embargo, que yo sepa, esta es la primera evidencia de que el comportamiento comunicativo está influenciado de forma específica y contundente por la madre y los familiares maternos de un individuo», explica el científico.

En concreto, este equipo monitorizó el comportamiento de 22 individuos que habitan en el Parque Nacional de Kibale, en el sur de Uganda. Los grabaron durante 31 horas durante dos periodos, entre febrero y mayo de 2013, y entre junio de 2014 y marzo de 2015. Los investigadores registraron y analizaron tanto los sonidos que emiten estos grandes simios -gruñidos o gemidos- como los gestos de comunicación no verbal -movimientos, posturas del cuerpo y la forma y dirección de sus miradas-.

Como repasa Mine, «los chimpancés comienzan a comunicarse mediante señales de voz desde su nacimiento. Incluso siendo bebés, ya producen tipos de vocalización típicos de los chimpancés, como los gemidos o pant-hoot [un tipo de sonido característico de estos primates que emiten en situaciones de alegría o excitación, y que combina un aullido con un jadeo o resoplido]».

Sin embargo, su estudio se hizo únicamente con chimpancés que tenían 10 o más años .»Esto se debió a que el comportamiento de los chimpancés más jóvenes cambia rápidamente durante su desarrollo, mientras que a nosotros nos interesaba investigar individuos cuyo comportamiento ha alcanzado una etapa más madura. Se puede asumir que estos individuos han alcanzado un repertorio conductual plenamente desarrollado», aclara el investigador.

Los chimpancés machos, explica Mine, suelen permanecer en la misma población en la que nacieron durante toda su vida. «Las hembras, sin embargo, suelen abandonar su comunidad natal al alcanzar la madurez sexual (alrededor de los 12-13 años), por lo que migran y se unen a una nueva comunidad. Allí pueden establecer vínculos sociales con otros machos y hembras adultos. Cuando una hembra adulta está en celo (un período de mayor fertilidad), suele aparearse con varios machos adultos. De esta manera, los machos adultos no están seguros de quién es el verdadero padre y, por lo tanto, son menos propensos a cometer infanticidio (matar a la cría)», relata el científico.

Una cría de chimpancé
Una cría de chimpancéRay Donovan

Una vez nace el bebé, la hembra suele criarlo sola: «El padre no suele participar en su cuidado, así que la cría crece en constante compañía de la madre y de otros hermanos maternos, si los hay. A medida que se convierte en juvenil, continúa pasando mucho tiempo con la madre y sus hermanos maternos. Tras cumplir los 10 años, el individuo subadulto comenzará a pasar más tiempo lejos de su madre, pero también seguirá estando con ella», relata Mine. «Si permanece en su comunidad natal toda su vida, continuará interactuando muy a menudo con su madre, incluso cuando se convierta en adulto. En lo que respecta a los padres, puede haber algunas interacciones debido al tamaño limitado de la comunidad, pero no se ha demostrado que los individuos interactúen preferentemente con él de ninguna manera», añade.

En lo que respecta al número de crías que suele tener una hembra chimpancé a lo largo de su vida reproductiva, Mine aclara que algunas pueden llegar a tener hasta cinco o más hijos que sobrevivan hasta la edad adulta, pero, «por lo general, una madre suele tener entre cero y tres crías que lleguen a adultas».

 Ciencia y salud // elmundo

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