Los socialdemócratas alemanes aprueban con mayoría clara pero sin entusiasmo la coalición con el democristiano Friedrich Merz

Los socialdemócratas alemanes han despejado este miércoles el último obstáculo para que la próxima semana, el 6 de mayo, el democristiano Friedrich Merz sea investido canciller en el Bundestag. El Partido Socialdemócrata (SPD), en una votación entre los militantes, ha aprobado con una mayoría del 84,6% el contrato de coalición con la Unión Democristiana (CDU) y su partido hermano bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU).

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 Apenas la mitad de los militantes han participado en la votación, que dio luz verde al pacto con un 85% de los votos. El canciller será investido el 6 de mayo y Klingbeil, líder del SPD, será vicecanciller y ministro de Finanzas  

Los socialdemócratas alemanes han despejado este miércoles el último obstáculo para que la próxima semana, el 6 de mayo, el democristiano Friedrich Merz sea investido canciller en el Bundestag. El Partido Socialdemócrata (SPD), en una votación entre los militantes, ha aprobado con una mayoría del 84,6% el contrato de coalición con la Unión Democristiana (CDU) y su partido hermano bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU).

Lars Klingbeil, copresidente del SPD y jefe del grupo parlamentario, será vicecanciller y ministro de Finanzas, según desveló el secretario general del partido, Matthias Miersch, al anunciar los resultados de la votación. El también socialdemócrata Boris Pistorius continuará previsiblemente en la cartera de Defensa, que ocupaba en el anterior Gobierno, y será clave en el contexto de rearme militar.

Los militantes del SPD —que obtuvo el peor resultado de su historia en las elecciones del 23 de febrero— han avalado con un rotundo sí el acuerdo con Merz. Pero la baja participación, de un 56%, muestra el escaso entusiasmo que despierta el nuevo Gobierno, un sentimiento que los democristianos comparten.

“No es el momento para la euforia”, dijo el lunes Merz en un congreso de la CDU, en Berlín, en el que este partido aprobó por aclamación el contrato de coalición. El líder democristiano presentó en el congreso a sus ministros, un equipo que combina a fieles en el partido y figuras procedentes del sector privado, pero sin verdaderas primeras espadas ni estrellas. La ejecutiva de la CSU había hecho lo propio unos días antes.

El resultado del voto electrónico en el SPD, organizado entre el 15 y el 29 de abril, permitirá que el próximo lunes este partido firme solemnemente el contrato de coalición con la CDU y la CSU, formaciones que lideraron la oposición al Gobierno del SPD en la legislatura pasada y fueron sus rivales en la campaña electoral. El mismo día, los socialdemócratas develarán a los otros seis ministros, además de Klingbeil. El martes de 6 de mayo el Bundestag celebrará la investidura de Merz, que sucederá en el cargo al socialdemócrata Olaf Scholz, canciller desde diciembre de 2021.

El nuevo canciller viajará al día siguiente a París y a Varsovia para enviar la señal de que Alemania “ha regresado” al centro de la política europea tras una legislatura en la que, en su opinión, la primera economía del continente, y el país más poblado, ha mantenido un perfil discreto. También prevé un viaje a Kiev.

Mientras tanto, se conocen los primeros nombramientos del círculo más cercano a Merz. El actual embajador alemán ante la UE, Michael Clauß, será su consejero para política europea, una señal de cuál será su prioridad. El periodista Stefan Kornelius, hasta ahora jefe de la sección de Política del diario de centroizquierda Süddeutsche Zeitung y biógrafo de la excanciller Angela Merkel, será el portavoz del Gobierno.

Merz asumirá el poder en pleno estancamiento económico y crisis industrial, de un lado, e inestabilidad geopolítica del otro. En el plano doméstico, el canciller afrontará el avance de una extrema derecha pujante. Alternativa para Alemania (AfD) ya es la primera fuerza de oposición tras las elecciones, y algunos sondeos indican que, si se volviesen a celebrar ahora unas elecciones, sería el partido más votado, por delante de la CDU/CSU.

La coalición de Merz contará con un margen de maniobra financiero excepcional, gracias a la adopción, en marzo, de una reforma constitucional que permitirá a Alemania aumentar el endeudamiento hasta el billón de euros, o más. En las negociaciones de coalición, el SPD logró obtener el mismo número de ministerios que la CDU, siete, y suavizar algunas de las propuestas más conservadoras de los democristianos. Lo logró pese a que en las elecciones quedó tercero con un 16,4% de votos, por detrás de AfD.

En la votación socialdemócrata sobre la coalición, un documento de 144 páginas, podían participar los 358.000 militantes del partido. Pese a la participación del 56% y pese a las críticas en las Juventudes del partido, el 84,6% de votos a favor supone un resultado notable, superior al de votaciones anteriores. En 2013, un 76% de los militantes aprobó la gran coalición con Merkel. En 2018, la cifra fue del 66%. Pero en ambos casos la participación fue superior: en torno al 78%.

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