Maruja Mallo y el ‘arte’ de ser una presencia incómoda

<p><strong>SOBRADISMO PERIODÍSTICO.</strong> Esto de hablar o escribir a calzón demasiado quitado, por no decir braga a media asta, pasa factura. Hay citas importantes a las que algunos nunca seremos invitados por pasarnos de graciosos con alguien en un pie de foto o por publicar algún reportaje que no sienta del todo bien a su protagonista. El sobradismo periodístico, en efecto, no sale a cuenta. Luego vas a un sarao y te presentan a gente sobre las que has dicho algo en broma que no le ha gustado y te quedas con cara de póker frente a él con la copa en la mano. Y eso si te convocan. A veces no lo hacen, me refiero a las citas con muchos vips por metro cuadrado, porque tienen miedo de lo que vas a ver y publicar. Pasa poco, menos mal. Lo pensé el otro día al ver las fotos de la recepción en Palacio por el día de la Hispanidad. He escrito tanto sobre los modelitos de las invitadas -labor que hoy borda <strong>Celimonde </strong>en Instagram- que no me sorprende que no se requiera mi presencia allí, aparte de que por supuesto entiendo que van primero los periodistas que cubren Casa Real o los que tienen trayectorias súper relevantes. Eso sí, me encantaría ir. No miento si alguna política me ha escrito el día de antes a través de un intermediario temerosa por si iba a hacer una galería en internet sobre los atuendos. En fin, con esto quiero decir que me gustaría conocer el criterio, para aplicarme, que se sigue para ser invitada a algunos eventos, palabro que en LOCodiamos. En esto, como en todo, hay modas. Lo he percibido también en la presentación de la exposición de <strong>Maruja Mallo</strong> en el Museo Reina Sofía. Allí estaba todo el moderneo nacional, desde <strong>Palomo Spain</strong> a las actrices e influs que pitan ahora, como <strong>Elena Rivera o Loreto Mauleón, Alba Galocha, Isa Hernáez</strong>. ..Tampoco me convocaron, no debo estar en la pomada, y mira que me gusta Mallo, jo. También me hubiera encantado estar. La estudié durante la carrera pero cuando más he disfrutado de su pintura fue en una exposición en el Museo Picasso de Málaga hace unos diez años bajo el título Somos plenamente libres de la que conservo el catálogo. Una muestra que reunía obra de otras cracks como <strong>Leonora Carrington, Dora Maar, Ángeles Santos, Dorothea Tanning, Germaine Dulac</strong>, entre otras. Después me leí el libro <i>Mujeres de la posguerra</i>, de <strong>Inmaculada de la Fuente</strong>, y se afianzó mi interés por Maruja. Gamberra y vitalista, amiga de <strong>Rosa Chacel y María Zambrano</strong>, amante de <strong>Alberti</strong>, pionera en quitarse el sombrero y tener amigos hombres en los años 20, provocadora… Mujer con cara de loca maquillada cual puerta que lo mismo se pintaba la cara que unos murales tipo mexicano chulísimos… En fin, que no me pierdo la expo aunque no me inviten a su inauguración. Yo creo que ella fue a su manera alguien incómodo para muchos en el tiempo que le tocó vivir y eso me representa. Para valientes de esta era, las mujeres del reto Pelayo Vida, cinco supervivientes de cánceres jodidos que se han ido de expedición a Costa Rica, como si fuera poca su experiencia frente al cangrejo y su tratamiento. Por cierto, recuerdo por aquí que el lunes 27 de octubre la Fundación Pequeño Deseo, que ayuda a niños enfermos, celebra su 25 aniversario en el hotel Villa Magna de Madrid con una gala benéfica magnífica que subasta hasta una audiencia con el Papa.</p>

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 SOBRADISMO PERIODÍSTICO. Esto de hablar o escribir a calzón demasiado quitado, por no decir braga a media asta, pasa factura. Hay citas importantes a las que al  

<p><strong>SOBRADISMO PERIODÍSTICO.</strong> Esto de hablar o escribir a calzón demasiado quitado, por no decir braga a media asta, pasa factura. Hay citas importantes a las que algunos nunca seremos invitados por pasarnos de graciosos con alguien en un pie de foto o por publicar algún reportaje que no sienta del todo bien a su protagonista. El sobradismo periodístico, en efecto, no sale a cuenta. Luego vas a un sarao y te presentan a gente sobre las que has dicho algo en broma que no le ha gustado y te quedas con cara de póker frente a él con la copa en la mano. Y eso si te convocan. A veces no lo hacen, me refiero a las citas con muchos vips por metro cuadrado, porque tienen miedo de lo que vas a ver y publicar. Pasa poco, menos mal. Lo pensé el otro día al ver las fotos de la recepción en Palacio por el día de la Hispanidad. He escrito tanto sobre los modelitos de las invitadas -labor que hoy borda <strong>Celimonde </strong>en Instagram- que no me sorprende que no se requiera mi presencia allí, aparte de que por supuesto entiendo que van primero los periodistas que cubren Casa Real o los que tienen trayectorias súper relevantes. Eso sí, me encantaría ir. No miento si alguna política me ha escrito el día de antes a través de un intermediario temerosa por si iba a hacer una galería en internet sobre los atuendos. En fin, con esto quiero decir que me gustaría conocer el criterio, para aplicarme, que se sigue para ser invitada a algunos eventos, palabro que en LOCodiamos. En esto, como en todo, hay modas. Lo he percibido también en la presentación de la exposición de <strong>Maruja Mallo</strong> en el Museo Reina Sofía. Allí estaba todo el moderneo nacional, desde <strong>Palomo Spain</strong> a las actrices e influs que pitan ahora, como <strong>Elena Rivera o Loreto Mauleón, Alba Galocha, Isa Hernáez</strong>. ..Tampoco me convocaron, no debo estar en la pomada, y mira que me gusta Mallo, jo. También me hubiera encantado estar. La estudié durante la carrera pero cuando más he disfrutado de su pintura fue en una exposición en el Museo Picasso de Málaga hace unos diez años bajo el título Somos plenamente libres de la que conservo el catálogo. Una muestra que reunía obra de otras cracks como <strong>Leonora Carrington, Dora Maar, Ángeles Santos, Dorothea Tanning, Germaine Dulac</strong>, entre otras. Después me leí el libro <i>Mujeres de la posguerra</i>, de <strong>Inmaculada de la Fuente</strong>, y se afianzó mi interés por Maruja. Gamberra y vitalista, amiga de <strong>Rosa Chacel y María Zambrano</strong>, amante de <strong>Alberti</strong>, pionera en quitarse el sombrero y tener amigos hombres en los años 20, provocadora… Mujer con cara de loca maquillada cual puerta que lo mismo se pintaba la cara que unos murales tipo mexicano chulísimos… En fin, que no me pierdo la expo aunque no me inviten a su inauguración. Yo creo que ella fue a su manera alguien incómodo para muchos en el tiempo que le tocó vivir y eso me representa. Para valientes de esta era, las mujeres del reto Pelayo Vida, cinco supervivientes de cánceres jodidos que se han ido de expedición a Costa Rica, como si fuera poca su experiencia frente al cangrejo y su tratamiento. Por cierto, recuerdo por aquí que el lunes 27 de octubre la Fundación Pequeño Deseo, que ayuda a niños enfermos, celebra su 25 aniversario en el hotel Villa Magna de Madrid con una gala benéfica magnífica que subasta hasta una audiencia con el Papa.</p>

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