Un estudio publicado este lunes en The New England Journal
of Medicine presenta un nuevo método con el que personas ciegas pueden
volver a ver e incluso leer. Por primera vez, varios pacientes afectados
por una forma progresiva de ceguera llamada degeneración macular asociada a
la edad (DMAE) recuperaron parte de su visión central mediante un implante
ocular conectado a unas gafas inteligentes. Los pacientes progresaron lo
suficiente en su recuperación de la visión como para poder hacer crucigramas
y leer libros de nuevo.
Los participantes en el estudio superaban los 60 años de
edad y habían sido diagnosticados con DMAE, una patología que daña
lentamente la mácula -la parte de la retina responsable de la visión
central-, en ambos ojos.
La DMAE no puede revertirse porque las células del centro
de la retina mueren con el tiempo. El estudio se centró en restaurar parte
de esa visión perdida mediante el sistema PRIMA, siglas en inglés de Implante
retinal fotovoltaico con microchip. PRIMA utiliza un microchip inalámbrico
ultrafino con 378 células fotovoltaicas destinadas a reemplazar la función
de los conos y bastones dañados por la DMAE.
El implante se coloca quirúrgicamente bajo la mácula
en una intervención que dura menos de dos horas, y el ojo tarda aproximadamente
un mes en adaptarse antes de que el chip se active.
Después, el paciente recibe un ordenador y unas gafas inteligentes
equipadas con una minicámara y un proyector de luz infrarroja. La cámara
capta el entorno del usuario y envía los datos visuales al ordenador, que los
traduce en un patrón de luz infrarroja. El proyector transmite ese patrón al
chip, donde se convierte en corriente eléctrica que estimula las neuronas
sanas restantes de la retina. El cerebro interpreta esos nuevos impulsos
eléctricos como información visual. Los pacientes pasan varios meses entrenando
con estas señales hasta poder volver a leer.
Mahi Muqit, profesor asociado del Instituto de
Oftalmología del University College London y responsable del ensayo en
Reino Unido, ha afirmado que ‘en la historia de la visión artificial, esto
representa una nueva era. Los pacientes ciegos son realmente capaces de
recuperar una visión central funcional, algo que nunca se había conseguido
antes’.
El estudio comenzó con 38 pacientes que recibieron el
implante. Al finalizar, el 84 % de los participantes fue capaz de leer
letras, números y palabras, e incluso cinco líneas de un optotipo -gráfico o
cartel que se usa en las pruebas de agudeza visual-, gracias al sistema PRIMA.
No es una solución perfecta; la visión que perciben los pacientes es en blanco y negro y algo borrosa, pero investigadores ajenos al estudio
calificaron el avance de ‘asombroso’, según The New York Times.
Sheila Irvine, una de las participantes en el
estudio, ha afirmado que ‘antes del implante era como tener dos discos
negros en los ojos, con la periferia distorsionada. Es una forma nueva de
mirar a través de tus ojos y fue realmente emocionante cuando empecé a ver una
letra’. Irvine asegura que ahora puede leer letras diminutas en etiquetas y
completar crucigramas.
La tecnología procede de la empresa de interfaces
cerebro-ordenador Science Corporation, fundada y dirigida por Max
Hodak, quien cofundó Neuralink junto a Elon Musk en 2016.
Science Corporation adquirió la tecnología del implante retinal a la compañía
francesa Pixium Vision en 2024, después de que esta se quedara sin
fondos tras una década de desarrollo, según informa IEEE Spectrum.
El sistema PRIMA utiliza un microchip inalámbrico ultrafino con 378 células fotovoltaicas que reemplazan la función de los conos y bastones dañados
Un estudio publicado este lunes en The New England Journal of Medicine presenta un nuevo método con el que personas ciegas pueden volver a ver e incluso leer. Por primera vez, varios pacientes afectados por una forma progresiva de ceguera llamada degeneración macular asociada a la edad (DMAE) recuperaron parte de su visión central mediante un implante ocular conectado a unas gafas inteligentes. Los pacientes progresaron lo suficiente en su recuperación de la visión como para poder hacer crucigramas y leer libros de nuevo.
Los participantes en el estudio superaban los 60 años de edad y habían sido diagnosticados con DMAE, una patología que daña lentamente la mácula -la parte de la retina responsable de la visión central-, en ambos ojos.
La DMAE no puede revertirse porque las células del centro de la retina mueren con el tiempo. El estudio se centró en restaurar parte de esa visión perdida mediante el sistema PRIMA, siglas en inglés de Implante retinal fotovoltaico con microchip. PRIMA utiliza un microchip inalámbrico ultrafino con 378 células fotovoltaicas destinadas a reemplazar la función de los conos y bastones dañados por la DMAE.

El implante se coloca quirúrgicamente bajo la mácula en una intervención que dura menos de dos horas, y el ojo tarda aproximadamente un mes en adaptarse antes de que el chip se active.
Después, el paciente recibe un ordenador y unas gafas inteligentes equipadas con una minicámara y un proyector de luz infrarroja. La cámara capta el entorno del usuario y envía los datos visuales al ordenador, que los traduce en un patrón de luz infrarroja. El proyector transmite ese patrón al chip, donde se convierte en corriente eléctrica que estimula las neuronas sanas restantes de la retina. El cerebro interpreta esos nuevos impulsos eléctricos como información visual. Los pacientes pasan varios meses entrenando con estas señales hasta poder volver a leer.

Mahi Muqit, profesor asociado del Instituto de Oftalmología del University College London y responsable del ensayo en Reino Unido, ha afirmado que ‘en la historia de la visión artificial, esto representa una nueva era. Los pacientes ciegos son realmente capaces de recuperar una visión central funcional, algo que nunca se había conseguido antes’.
El estudio comenzó con 38 pacientes que recibieron el implante. Al finalizar, el 84 % de los participantes fue capaz de leer letras, números y palabras, e incluso cinco líneas de un optotipo -gráfico o cartel que se usa en las pruebas de agudeza visual-, gracias al sistema PRIMA.
No es una solución perfecta; la visión que perciben los pacientes es en blanco y negro y algo borrosa, pero investigadores ajenos al estudio calificaron el avance de ‘asombroso’, según The New York Times.

Sheila Irvine, una de las participantes en el estudio, ha afirmado que ‘antes del implante era como tener dos discos negros en los ojos, con la periferia distorsionada. Es una forma nueva de mirar a través de tus ojos y fue realmente emocionante cuando empecé a ver una letra’. Irvine asegura que ahora puede leer letras diminutas en etiquetas y completar crucigramas.
La tecnología procede de la empresa de interfaces cerebro-ordenador Science Corporation, fundada y dirigida por Max Hodak, quien cofundó Neuralink junto a Elon Musk en 2016. Science Corporation adquirió la tecnología del implante retinal a la compañía francesa Pixium Vision en 2024, después de que esta se quedara sin fondos tras una década de desarrollo, según informa IEEE Spectrum.
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