«Que el dolor por un suicidio pueda convertirse, con el tiempo, en una fuerza colectiva que impulse cambios reales y evite ya de una vez que otras familias vivan una tragedia semejante»

Padres y madres que perdieron a un hijo o una hija por suicidio quieren ‘abrazar’ con sus palabras, desde la profunda comprensión y cuidado, a quienes comienzan un duro duelo aún muy estigmatizado. Leer Padres y madres que perdieron a un hijo o una hija por suicidio quieren ‘abrazar’ con sus palabras, desde la profunda comprensión y cuidado, a quienes comienzan un duro duelo aún muy estigmatizado. Leer  

Cada día familiares de 11 personas en España comienzan a transitar de forma dolorosamente abrupta e inesperada uno de los duelos más complicados que existen, el de una muerte por suicidio. A la tristeza y el vacío de la pérdida se suman preguntas sin respuestas, emociones como la culpa y/o la rabia y el peso de la soledad y el estigma.

En noviembre, el tercer sábado del mes, se conmemora el Día del Superviviente, de quien ha sufrido la muerte de un ser querido por suicidio. Se unen esfuerzos para sensibilizar a la población frente a este grave problema social y el inmenso dolor que le rodea. La incomprensión dificulta aun más el proceso de reconstrucción de la vida de quienes lloran la pérdida. Pero también es una ocasión para el recuerdo y la conexión con el amor que persiste y una oportunidad para tejer redes de apoyo mutuo. Las asociaciones y grupos de supervivientes son uno de los principales pilares de acompañamiento tras un fallecimiento por suicidio. Son «entornos seguros», en palabras de Susi de León, presidenta de la Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido Ubuntu, desde el que «poder avanzar sin ser juzgados , comprendidos al compartir un mismo sentir, transformando el dolor en Amor».

Hoy, tres semanas después de que la sociedad quedara conmocionada al hacerse público uno de esos trágicos fallecimientos en Sevilla, padres y madres supervivientes quieren trasladar un mensaje para acompañar a quienes comienzan ese duro duelo desde la comprensión y el cuidado.

«La familia necesita silencio, abrazos sinceros, compañía discreta»

Cecilia Borrás, madre de Miquel y presidenta de DSAS: Después del Suicidio-Asoc. de Supervivientes

Como superviviente a la muerte por suicidio de un hijo, me duele profundamente leer noticias como la de Sandra. Puedo imaginar —aunque nadie puede sentirlo igual— el vacío que ahora envuelve a su familia. Un silencio que grita. Una mezcla insoportable de incredulidad, culpa, y un dolor que apenas deja respirar.

Es comprensible que la comunidad sienta rabia, que busque respuestas, que quiera justicia. Cuando algo así sucede, necesitamos entender qué ha fallado. Pero a veces, esa misma rabia puede convertirse en una nueva forma de dolor para quienes acaban de perder lo más querido. La exposición constante, las imágenes, los juicios en redes o en los medios… todo eso puede golpear de nuevo a la familia, una y otra vez.

En los duelos por suicidio, el tiempo y el respeto son esenciales. La familia necesita silencio, abrazos sinceros, compañía discreta. No ser el centro de un debate público, sino sentirse protegida mientras intenta simplemente seguir viva dentro del vacío.

La justicia y la prevención son absolutamente necesarias, pero también lo es el cuidado. No olvidemos que detrás de cada titular hay personas rotas. Que la rabia colectiva no borre la compasión. Que ese dolor, con el tiempo, pueda convertirse en una fuerza colectiva que impulse cambios reales y evite ya de una vez que otras familias vivan una tragedia semejante.

«Luchemos por vivir en una sociedad en la que decir que lo estás pasando mal no sea un problema»

Javier Jiménez, padre de Sara. Presidente de la asociación Sara Jiménez

No busquéis culpables. No busquemos un porqué a este suicidio, no señalemos y culpabilicemos a unas crías del suicidio de Sandra. El suicidio es multicasual y no debemos atribuirlo a un solo hecho. Quizá a Sandra le faltó apoyo, comprensión, saber donde acudir… Dejemos de buscar culpables y busquemos soluciones. Luchemos por vivir en una sociedad en la que decir que lo estás pasando mal no sea un problema, que no nos sintamos juzgados cuando contamos lo que nos pasa. Ayudemos a los familiares de Sandra a recordarla con cariño y amor para que puedan atravesar su duelo sabiendo que no están solos.

«El recuerdo del amor empezó a aparecer entre la oscuridad»

Juan José Escudero, padre de Nico y presidente de Sendas Asociación para la Prevención del Suicidio y de la Salud Mental

Ese día fue el día en que todo cambió. Absolutamente todo. Mi hijo dejó de existir. De repente. Durante mucho tiempo la oscuridad me llegó a envolver, me golpeaba. Con la ayuda de la psicóloga y en el grupo de ayuda mutua al que iba y algunas sorpresas por encontrarme con algunas personas que eran capaces de entender mi duelo, poco a poco, el recuerdo del amor empezó a aparecer entre la oscuridad, como un rayo de sol, un rayo de sol en el que veía a mi hijo, sonriente, feliz, y me acompaña. Le siento. Me acompaña por fin.

«El amor esta por encima del dolor»

Vega, madre de Alex

«Saber que el amor hacia nuestro ser querido crea esa ambivalencia de «éste es el dolor mas grande» pero «éste es el amor mas grande» y el amor esta por encima del dolor»

«La única forma de cambiar esta realidad es haciendo un frente común entre todos que acabe con el tabú»

Gustavo, padre de Tomás

El suicidio existe y se llevó lo que más queríamos. Nosotros perdimos con apenas 23 años a nuestro hijo Tomás. Lo perdimos por no ser capaces de detectar los síntomas de su depresión, de su sufrimiento. Por no contar con la información, ni las herramientas para actuar a tiempo y poder prevenir su muerte por suicidio.

En pleno 2025, la causa principal de esa falta de información, de esa ignorancia absoluta en cuanto a salud mental, se debe a que, aunque parezca mentira, el suicidio aún sigue siendo la causa de muerte más estigmatizada, escondida, callada. A pesar de ser la primera causa de muerte entre nuestros jóvenes.

Es el problema en nuestra sociedad que entre todos hemos de ser capaces de desigmatizar, hablando, escuchando y acompañando a las personas de nuestro entorno cada vez que detectemos cambios significativos en su conducta y sus hábitos. Buscando el asesoramiento de especialistas que nos puedan ayudar. Y de las instituciones que han de asumir el compromiso de apoyarnos. Porque la única forma de cambiar esta realidad es haciendo un frente común entre todos que acabe con el tabú, que entienda y reconozca los síntomas y llamadas de alerta de quienes sufren, uniendo nuestras voces para acallar el silencio social que rodea a las muertes por suicidio de una vez por todas. Todos como sociedad somos responsables de hablar y decir que el silencio mata».

«Hablar con personas en la misma situación nos permitirá, no solo empezar a entender, a respirar, sino a poder ver una luz en estos momentos de oscuridad»

José Carlos Soto, padre de Ariadna y co-director grupos de apoyo mutuo para Supervivientes de Suicidio.

Tras la pérdida por suicidio de un ser querido necesitamos ayuda, es muy común que nos refugiemos en nosotros mismos, que lo que recibimos, a pesar de hacerlo con todo el cariño no sea de ayuda. Un profesional, psicólogo/a experto nos guiará en los primeros tiempos y cuando considere oportuno nos recomendará lo que a nosotros más nos ha ayudado, los grupos de ayuda mutua. Hablar con personas en la misma situación, trabajar juntos el duelo, nos permitirá, no solo empezar a entender, a respirar, sino a poder ver una luz en estos momentos de oscuridad. Perdimos a nuestra única hija hace casi 11 años, hoy dirigimos grupos y podemos seguir viviendo.

«Compartir lo que nos pasa tiene poder terapéutico»

Olga Ramos, madre de Ariadna y co-directora de grupos de apoyo mutuo para supervivientes de suicidio.

Cuando se pierde a un ser querido por suicidio, los supervivientes que somos los que quedamos detrás, sentimos que la vida se detiene para nosotros, y nos cuesta seguir adelante. La vida nos duele y nos sentimos perdidos. Las preguntas y el dolor que sentimos nos impiden respirar. Necesitamos mucha ayuda de profesionales que conozcan en profundidad lo que es transitar por el duelo por suicidio. Después de un tiempo en terapia, lo que más me ayudó fue estar en un grupo de ayuda mutua (GAM), donde poder compartir con otros supervivientes todo lo que necesitaba expresar. Ahora codirijo grupos de ayuda mutua para supervivientes de suicidio, porque conozco el poder terapéutico que tiene compartir lo que nos pasa, donde nos acompañamos y escuchamos, pero también respetamos nuestros silencios.

«Encontrar personas con las que compartir el mismo dolor me ayudó a seguir»

Charo Venegas, madre de Gabriel

Cuando saltó la noticia de la pérdida de Sandra no puedes más que ponerte en el lugar de esos padres, de la familia. Vuelves a sentir ese momento cómo el golpe que fue tu pérdida.Esa tremenda noticia que jamás hubieras imaginado, ese mal sueño. Piensas que todo es un error, pero la realidad te golpea tan fuerte qué no sabes qué hacer. Ya nada es igual. Nunca volverás a ser la misma.Pasan los dias ,no sabes cómo los llenarás, ni qué sucederá mañana. La gente te pregunta y no tienes respuestas. Los padres de Sandra sí. Me ha impactado tanto cómo se ha tratado en redes y medios de comunicación. Ha pasado de ser un tabú y no hablar nada, a ser portadas de todos los informativos.

Como madre superviviente entiendo el dolor de los padres y me gustaria acompañarlos en su duelo..Yo encontré esa ayuda en los GAM , encontrar personas con las que compartir el mismo dolor me ayudó a seguir . Encontrar herramientas para salir de la tristeza, de la rabia, del dolor...Las encontré entre iguales y busqué un motivo para seguir. Ayudar me Ayuda.. Aquí estaré si me necesitan

«No hay consuelo pero sí medios para afrontar esta situación devastadora»

Cristina Romero, madre de David

Para la mamá de Sandra, la niña sevillana muerta por suicidio: Somos muchas las madres que hemos perdido a un hijo también por suicidio. No hay consuelo pero sí medios para afrontar esta situación devastadora. La familia y un profesional ayudan a transitar este duelo, que será muy largo y doloroso hasta alcanzar la paz con una misma y los demás.

Los grupos de ayuda mutua para familiares en estas circunstancias de diferentes asociaciones, como Papageno, y la pertenencia a otras, como Ubuntu, solo de posvención son un recurso inestimable. Las personas que pasan por nuestra misma situación son las que mejor nos pueden comprender en nuestro dolor. Sandra seguirá contigo siempre. Un abrazo, mamá.

«Con vuestra fuerza ayudáis a más personas»

Soraya, madre de Alejandra.

Mi hija Alejandra transcendió el 9 de abril de 2023 por suicidio. Con 35 años, el mes siguiente, el 22 de mayo, cumplía 36. Han pasado dos años y seis meses. No encuentro palabras para dirigirme a las familias en estos momentos tan durísimos, de tanto dolor, tristeza, decaimiento y todo lo que conlleva el duelo.

Estoy con vosotros, hoy y siempre, porque al acordarme de mi hija, recuerdo a todas las almitas que se han ido. Haced y no haced todo lo que os apetezca, dormir o no dormir, llorar o no llorar, salir o no salir, meditar o no meditar. Vuestro cuerpo os irá pidiendo cada vez más cositas para hacer.

Hay que llevar el duelo como una montaña rusa: un día estás más arriba y otros más abajo. Permitiros estar mal, sentir el dolor porque es parte del proceso. No culparse, no buscar por qué ocurrió sino buscar el para qué, que seguro ya lo habéis encontrado. Salir a la calle y no dejar el tema como tabú sino lo que estáis haciendo: tomando conciencia de que con vuestra fuerza ayudáis a más personas. Solo con que ayudéis a una persona en vuestro corazón dará luz a que sean más de una.

 Ciencia y salud // elmundo

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