Santiago Segura no deja títere con cabeza: Pedro Sánchez, Torrente y el cameo de Ábalos

Es ya casi una tradición que cada final de temporada sea Santiago Segura el que ponga el cierre a El Hormiguero. Desde que estrenase Padre no hay más que uno -ya va por la quinta-, Santiago Segura y su película son como los cuadernos de vacaciones Santillana. Volvió a ocurrir y volvió a salir el tema de Torrente, pero… la realidad siempre supera la ficción Leer Es ya casi una tradición que cada final de temporada sea Santiago Segura el que ponga el cierre a El Hormiguero. Desde que estrenase Padre no hay más que uno -ya va por la quinta-, Santiago Segura y su película son como los cuadernos de vacaciones Santillana. Volvió a ocurrir y volvió a salir el tema de Torrente, pero… la realidad siempre supera la ficción Leer  

Hace unos cuantos años el verano comenzaba cuando en la televisión empezaban a poner un spot que en la memoria de los que hoy ya son adultos está grabado a fuego: «Vacaciones Santillana, vacaciones Santillana…». Salía el anuncio, escuchabas la canción y la piel empezaba a oler a Nivea, el culillo parecía que se mojaba y todo olía ya a verano. Desde hace unos años, el verano comienza cuando Santiago Segura va a El Hormiguero a presentar su última película de la saga Padre no hay más que uno. Tal vez no sea tan exagerado como el «vacaciones Santillana», pero para El Hormiguero ya es una tradición. Para Santiago Segura, también.

Esta vez, Padre no hay más que uno 5, la que dice va a ser la última de la saga, aunque con posibilidades de que en un futuro se anime con otra, se estrena antes -hoy llega a los cines- y El Hormiguero parece que se va a ir de vacaciones más tarde, pero la tradición es la tradición, y Santiago Segura tenía que estar sí o sí en el cierre de temporada de El Hormiguero. Aparte de que Segura y Pablo Motos son como esos amigos que se adoran, pero que cada vez que están juntos se dan hostias como panes, para el director de cine ir a El Hormiguero es su talismán. Su vínculo con Pablo Motos y con la productora de El Hormiguero y El Desafío va mucho más allá que una relación contractual. Sería una especie de «si tú me dices ven…».

De hecho, aunque Santiago Segura está a punto de convertirse en el Miguel Ángel Revilla, pero del cine, por las innumerables veces que ha ido ya a El Hormiguero, es una realidad que cada vez que va el programa deja de ser un programa y se transforma en la quedada de dos colegas que hace tiempo que no se ven, pero que no necesitan contarse demasiadas cosas porque son tan iguales que lo que haya ocurrido en la vida de uno es casi seguro que ha ocurrido en la vida del otro.

«Pablo y yo tenemos muchas cosas en común», sentenció anoche Santiago Segura. «Es igual de picajoso», contó. Resulta que a los dos de chiquitines les daban quina Santa Catalina, alcohol de alta graduación que en su época de imberbes se anunciaba como medicina y que en realidad era para que los niños no dieran el coñazo. A algunos les mojaban el pan en vino y a Santiago Segura y a Pablo Motos les endiñaban un chupito de Santa Catalina. Lo que Santa Catalina ha unido…

El caso es que cuando Santiago Segura se sienta en El Hormiguero, Pablo Motos pierde la noción de estar en la televisión. Los dos se dejan llevar, aprovechan su feeling para picarse, lanzarse cuchillos y camuflarse el uno con el otro. Es un pim, pam, pum de golpes que ambios reciben con humor. «Esto es así, yo vengo a El Hormiguero hago promoción y Pablo Motos se mete conmigo», explicó el director y actor.

El Hormiguero le trae suerte a Santiago Segura, aunque esta vez parece ser que la que ha sido durante cinco años la película más taquillera del cine español -toda la saga de Padre no hay más que uno– llega a su fin. «De momento digo que sí, es mi idea», confirmó sobre el final de la saga. «Pero claro -siempre hay un pero-, no quiero confirmarlo, no vaya a ser que en siete años me dé por ahí y quiera hacer otra más», frenó Segura. «Hay dos factores básicos por los que pienso que es la última, la primera es que los niños están creciendo mucho y ya son adolescentes, y la segunda es que los adultos me han dado la película, se portan mucho peor que los niños», aseguró con su característica ironía.

Hay que tener una cosa en cuenta cuando Santiago Segura habla como director: en sus películas salen principalmente sus amigos. En Padre no hay más que uno también. Está Loles León, Tony Acosta, Leo Harlem, sus hijas (las de verdad), Silvia Abril y, por supuesto, Antonio Resines. Amigos de Segura = zasca que te llevas.

Es difícil descubrir cosas nuevas de Santiago Segura cuando ha ido tantas veces a El Hormiguero y cuando forma parte de la pequeña pantalla desde que arranca la temporada hasta que termina. Sin embargo, una cosa que Pablo Motos siempre consigue cuando el que tiene enfrente es su amigo es que sabe qué no ha contado todavía y sabe cómo sacarle las cositas.

Anoche, por ejemplo, los espectadores descubrieron que Santiago Segura se independizó de sus padres cuando tenía 19 años -no se fue él de casa, se fueron sus padres- y que durante mucho tiempo tuvo todo tipo de trabajos: «Cuando estaba en la facultad de Bellas Artes hacía trabajos de todo tipo. El cliente sorpresa de la Seat. Íbamos a la Seat te hacías pasar por un cliente, pedías que te enseñaran el último modelo, el tío te lo contaba y luego hacías un informe. Vendí enciclopedias puerta a puerta. Mi frase era «le gustaría tener la literatura universal en estos libros encuadernados en polipiel». Vendí dos. Fui también camarero. Estuve de público en programas de Jesús Hermida. Fuimos a una película para ir de extras y me dieron un traje de patrurello americano y a mi amigo de camillero y llegó el director, me vio y me intercambio».

Empezaron entonces hablar del pelo de Santiago Segura y fue como si Pablo Motos hubiese activado el botón de «a por todas». Aunque al inicio de la entrevista Santiago Segura contó que hay muchas veces que cuando lee los comentarios de los haters en X contra él suele lanzarse a contestar, aunque luego lo borra, anoche, en directo, en El Hormiguero no le dio tiempo a borrar. Tampoco creo que quisiera.

Le preguntó Pablo Motos que si de pequeño era muy mentiroso y Santiago Segura le dijo que él lo era «fantasioso». Le preguntó Pablo Motos si sus hijas mentían y… saltó la liebre. «Yo confío en ellas porque no me han mentido», arrancó Segura, aunque… «Sirena de pequeña era muy mentirosa. Hacía cualquier cosa y siempre era «yo no he sido, yo no he sido»». «Era una cosa Pedro Sánchez, mentiras muy flagrantes». Llegó la primera. Que conste que esta vez no fue Pablo Motos el que pinchó. «Yo me juré no pegar a mis hijas nunca porque a mí me pegaron mucho, pero recuerdo una vez que a Sirena le di un azote en el culo. Se puso a llorar y le dije «¿qué te pasa?». Ella me contestó «que me has pegado», y yo le contesté, yo no he sido».

Y tras hablar de lo fantasioso que era de pequeño, de cuando los niños no querían jugar con él, de las tres canciones que ha compuesto para Padre no hay más que uno 5 llegó la pregunta que en cada visita de Santiago Segura a El Hormiguero se convierte en los titulares del día siguiente: Torrente.

«No quieres hablar de una cosa, pero hay que abordarla», introdujo Pablo Motos. «¿Has escrito la película Torrente presidente?», le lanzó Pablo Motos pese a las quejas del director que sabe que cada vez que habla de Torrente, las noticias sólo son de Torrente y no de lo que va a promocionar. «Creo que va a existir, pero quiero que Torrente presidente sea como el informe de la UCO, que no sabes si existe, pero cuando salga se va a hablar mucho de ello». Hay que tener en cuenta que con todo lo que está pasando hablar de Torrente y no vincularlo a la realidad es más que complicado. Santiago Segura no tenía ninguna intención de cortarse ni un pelo.

«La verdad es que la actualidad me lo está poniendo difícil porque me levanto cada día, leo las noticias y pienso: «¿qué puede haber más gracioso que esto?», sentenció Segura. No se iba a quedar ahí, ni mucho menos. «Están haciendo mucho daño al sistema que te hace desconfiar. Una cosa es que uno sea mejor o peor y otra que estén fastidiando un sistema y pueden cargarse un país», dijo Pablo Motos. «A ver, Torrente puede hacer lo que quiera porque es ficción, es un desgraciado, pero ¿estos? Se supone que son los buenos, los que te tienen que cuidar… Yo flipo». La verdad es que en una cosa tiene razón es imposible no pensar en Torrente y vincularlo con la realidad que vivimos.

«Es cagarse el sistema. A la izquierda le están haciendo mucho daño, a los votantes… Pero es al sistema. A mí eso me hace desconfiar y me pone muy nervioso», insistió. «Tú te levantas, trabajas, yo hago mis películas, luego pago mis impuestos porque quiero que todo funcione, pero si luego ves que la gente que controla todo eso no son del todo honrados es muy decepcionante. Creo que La gente puede estar muy triste y decepcionada. No es que lo piense es que lo veo. Es una tras otra. Me levanto angustiado a ver quién habrá bombardeado… El mundo está un poco angustioso», concluyó aprovechando para invitar a todos a ir al cine a ver Padre no hay más que uno 5, pues «es una burbujita de buen rollo».

Pero quedaba la gran pregunta: «¿Invitarías a Ábalos a hacer un cameo en Torrente?». Tengamos en cuenta los parecidos razonables. «Creo que este señor ha encontrado algo más lucrativo que el cine. Yo se lo daría, por supuesto, porque tiene gracia, pero es que los del cine somos unos desgraciados, unos pringados que estamos todo el día currando». Para que luego digan que el mundo de la cultura no se moja.

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