El goteo de acuerdos comerciales de Estados Unidos con sus socios se intensificó este miércoles por la tarde en Washington (madrugada en España), cuando faltaban menos de 36 horas para que expirara el plazo que dio el presidente, Donald Trump, para la entrada en vigor el 1 de agosto de los aranceles que impuso este unilateralmente. El último en sumarse a la lista de países que han tenido tiempo de firmar sus propios pactos fue Corea del Sur. Y, como es costumbre, la noticia la dio el propio presidente de Estados Unidos en su red social, Truth.
El pacto incluye una inversión de Seúl en Estados Unidos por valor de 350.000 millones de dólares y cero gravámenes para las importaciones de Washington desde el país asiático
El goteo de acuerdos comerciales de Estados Unidos con sus socios se intensificó este miércoles por la tarde en Washington (madrugada en España), cuando faltaban menos de 36 horas para que expirara el plazo que dio el presidente, Donald Trump, para la entrada en vigor el 1 de agosto de los aranceles que impuso este unilateralmente. El último en sumarse a la lista de países que han tenido tiempo de firmar sus propios pactos fue Corea del Sur. Y, como es costumbre, la noticia la dio el propio presidente de Estados Unidos en su red social, Truth.
Trump compartió su “placer” al “anunciar un Acuerdo Comercial Integral” (las mayúsculas siempre son suyas). Según este, el país asiático pagará aranceles por valor del 15% en los productos que importe desde Estados Unidos, y eso incluye, escribió el presidente de Estados Unidos, “automóviles, camiones y productos agrícolas”. A cambio, Washington “no pagará ningún arancel”.
“Corea del Sur donará a Estados Unidos 350.000 millones de dólares para inversiones que sean propiedad de y estén controladas por Estados Unidos, [además de] seleccionadas por mí como Presidente”. Trump también prometió que Seúl “comprará 100.000 millones de dólares de gas natural licuado u otros productos energéticos”, y que invertirá “una importante suma de dinero para sus inversiones”. “Esta suma se anunciará en las próximas dos semanas, cuando el Presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, visite la Casa Blanca para una reunión bilateral”, añadió Trump.
Horas antes de ese anuncio, Trump había avisado, de nuevo en Truth, que esa misma tarde se iba a ver con los negociadores coreanos en la Casa Blanca, donde, escribió, estuvieron toda la jornada “muy ocupados trabajando en acuerdos comerciales”. En el mismo mensaje, también compartió que acababa de firmar un acuerdo con Pakistán “para desarrollar sus enormes reservas de petróleo”. No dio más detalles sobre ese pacto.
Último plazo
El viernes expira el último plazo que Trump ha dado a decenas de sus socios comerciales para alcanzar acuerdos con Estados Unidos o, de lo contrario, atenerse a los aranceles que el presidente de Estados Unidos llama erróneamente “recíprocos”. En abril, cuando este anunció la imposición de esos gravámenes y puso patas arriba la economía mundial (la bolsa cayó estrepitosamente, y el contagio amenazó a la deuda pública), a Corea del Sur le tocó un arancel del 25%. Esa misma cifra la repitió Trump en la carta que mandó a Seúl a principios de julio, poco después de dictar un aplazamiento a la tregua de 90 días que había dado para conceder tiempo a las negociaciones.
Desde que, a su regreso a la Casa Blanca, Trump se propuso acabar con la globalización tal y como se entendía y que Estados Unidos instigó durante décadas en su propio beneficio, Washington ha firmado, además de una tregua con China, ocho acuerdos comerciales: con el Reino Unido, con Vietnam, con Indonesia, con Filipinas, con Japón, con la Unión Europea, y este miércoles, con Pakistán y Corea del Sur. El caso de Seúl se asemeja a los de la Bruselas y Tokio, dos capitales a las que también se les han impuesto un 15% para sus importaciones; recíproco en el caso de Japón, sin contrapartida, en el de la UE.
Corea del Sur es la decimotercera economía del mundo. Estados Unidos tiene un déficit comercial con el país asiático que ascendió a 66.000 millones de dólares, según la Oficina del Representante del Comercio, dado que Washington importa más bienes y servicios de Seúl de los que exporta.
En un capítulo aparte quedan los sectores de aluminio, acero y cobre, tres industrias que sufren o sufrirán −como en el caso del cobre, desde el 1 de agosto− tasas del 50%, que son independientes de los acuerdos con cada uno de los países. También están las excepciones de los coches y sus componentes, afectadas por un gravamen del 25%, salvo en los casos de Japón y la UE, cuyos fabricantes se beneficiarán de un arancel menor: el 15% que han pactado para el resto de los productos. No quedó claro de entrada si esa excepción se aplica a Corea del Sur también.
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