Trump y Netanyahu se reúnen en Washington para decidir el futuro de Oriente Próximo

Dos líderes, Donald Trump y Benjamín Netanyahu, celebran en la noche de este lunes un cara a cara en Washington con carácter de cumbre. Sus intereses, sus decisiones y sus planes van a tener repercusiones mucho más allá de sus propios países, Estados Unidos e Israel. A una distancia de unos 10.000 kilómetros de Washington, toda una región, la de Oriente Próximo, se verá afectada, sin estar invitada, por lo que ambos acuerden. Gaza, Irán, Siria, Líbano, Yemen… son todos escenarios convulsos y enfrentados a Israel donde va a estar la vista puesta.

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 Además de Gaza, escenarios convulsos como Irán, Siria, Líbano y Yemen estarán pendientes de la cita de los dos mandatarios de este lunes  

Dos líderes, Donald Trump y Benjamín Netanyahu, celebran en la noche de este lunes un cara a cara en Washington con carácter de cumbre. Sus intereses, sus decisiones y sus planes van a tener repercusiones mucho más allá de sus propios países, Estados Unidos e Israel. A una distancia de unos 10.000 kilómetros de Washington, toda una región, la de Oriente Próximo, se verá afectada, sin estar invitada, por lo que ambos acuerden. Gaza, Irán, Siria, Líbano, Yemen… son todos escenarios convulsos y enfrentados a Israel donde va a estar la vista puesta.

“Ya hemos transformado la faz de Oriente Próximo de forma irreconocible, y tenemos la oportunidad y la capacidad de transformarla aún más y lograr un gran futuro para el Estado de Israel, el pueblo israelí y todo Oriente Próximo”, ha señalado Netanyahu en un comunicado antes de viajar a Estados Unidos.

Aunque todo apunta a que las discusiones sobre una posible tregua en Gaza protagonizarán la reunión, sobre la mesa estarán otros asuntos como Irán o los Acuerdos de Abraham. La tregua impuesta por Trump tras la conocida como Guerra de los 12 días entre Israel y la República Islámica ha abierto la puerta a cierto optimismo en cuanto a detener la violencia en Gaza, donde los muertos superan ya los 57.500. La manera en que se combate en uno y otro conflicto no tiene, sin embargo, mucho que ver y pacificar la Franja será mucho más complicado.

El mandatario republicano ha dado a entender este fin de semana que cree posible que esta misma semana pueda entrar en vigor el periodo de 60 días de alto el fuego en la Franja palestina que él mismo ha propuesto. El impulso pacificador con el que Trump regresó en enero a la Casa Blanca de la mano de su afán por rentabilizar económicamente todo cuanto toca choca, sin embargo, con el espíritu belicista de Netanyahu, más dado a resolver con sus vecinos los problemas manu militari y sin importarle el precio a pagar antes que emprender la vía diplomática.

Más de 100 muertos en Gaza

Gaza, donde en las últimas horas los ataques israelíes han matado a más de 100 personas, se mantiene como principal foco de la violencia. El goteo incesante de víctimas, la mayoría mujeres y niños, no cesa ni en medio de las negociaciones para tratar de poner fin a la sangría. Este lunes se cumplen justo 21 meses desde que Israel empezó a responder a sangre y fuego a la matanza liderada por Hamás de unas 1.200 personas y el secuestro de otras 250.

De forma paralela a la reunión de Washington, Doha (Qatar) acoge desde el domingo conversaciones indirectas entre israelíes y miembros de Hamás. No se espera en todo caso que trascienda nada desde allí mientras Netanyahu permanezca en EE UU. El primer ministro tendrá también que superar el muro para la paz que supone el sector más ultra de su Gabinete, opuesto a la senda del acuerdo.

Además de la Franja palestina, Irán, al que consideran principal peligro regional, sigue suponiendo para los dos líderes un problema sin zanjar pese a la tregua vigente desde el 24 de junio. Ambos van a tratar de trazar un plan a medio y largo plazo de relaciones con Teherán, que se mantiene abierto a negociar, al tiempo que defiende su derecho a seguir enriqueciendo uranio para uso civil. En ese mensaje hecho público antes de viajar a Estados Unidos, Netanyahu ha recordado: “Nuestro apoyo mutuo resultó en una victoria contundente sobre nuestro enemigo común, Irán”. En este sentido, el primer ministro añade que han de estar atentos a los posibles movimientos del régimen, aunque, a su vez, afirma que esos 12 días de guerra ofrecen la “oportunidad de expandir el círculo de paz mucho más allá” de lo que se podría haber imaginado.

Un tercer asunto que probablemente trascienda del encuentro en la Casa Blanca será el de la posible ampliación de los Acuerdos de Abraham instituidos durante el primer mandato presidencial de Trump. Estos pactos, impulsados por EE UU desde 2020, tratan de facilitar alianzas de países de la región con Israel para que ambas partes se beneficien mutuamente y, al mismo tiempo, se favorezca la estabilidad en Oriente Próximo. Desde 2020 forman ya parte de ellos Emiratos Árabes Unidos (EAU), Baréin, Sudán y Marruecos. Son los primeros en establecer vínculos diplomáticos desde que, en 1994, lo hizo Jordania.

En un gesto que deja aparte la dominante dialéctica bélica, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, señaló la semana pasada que la coyuntura actual, tras la tregua impuesta por Trump entre Israel e Irán, es una puerta abierta para ampliar esos acuerdos y “sumar a países como Siria y Líbano”, vecinos de Israel. Otros integrantes del Ejecutivo han recordado también el caso de Arabia Saudí, otro actor esencial en la región que se quedó a las puertas de integrar los beneficiados por los acuerdos.

Claro que, de inmediato, el jefe de la diplomacia israelí advirtió de que se mantienen líneas rojas. En este sentido, dijo que los territorios sirios ocupados por Israel no formarán parte de las negociaciones. Israel, además, con la excusa de desarrollar operaciones antiterroristas, ha seguido tomando más terreno sirio con sus tropas desde la caída del régimen de Bachar el Asad el pasado diciembre. Este lunes, por segunda vez en una semana, los militares israelíes han llevado a cabo en esa zona, ilegalmente ocupada, detenciones de personas que consideran que trabajan para la Guardia Revolucionaria iraní.

En cuanto a Líbano, las tropas israelíes mantienen sus bombardeos en las últimas horas sobre el sur, al mismo tiempo que llegaba a la capital, Beirut, el enviado especial de Estados Unidos, Thomas Barrack, también embajador en Turquía. Tras reunirse con el presidente Joseph Aoun, Barrack ha dicho sentirse “increíblemente satisfecho” con la respuesta del Gobierno libanés a la propuesta estadounidense sobre cómo desarmar al partido-milicia Hezbolá, sostenido por Teherán, informa Reuters.

El grupo, sin embargo, afirma a través de su líder, Naim Qassem, que no piensa ni en la rendición ni en el desarme. “El resto de la región avanza a gran velocidad y ustedes se quedarán atrás”, ha advertido Barrack poniendo como ejemplo que “el diálogo ha comenzado entre Siria e Israel” y que, entiende, es algo que también debe llevar a cabo Líbano.

El encuentro de Trump y Netanyahu en la capital estadounidense tiene lugar con otros frentes de Oriente Próximo incendiados a diferentes niveles, además del de la Franja palestina. Yemen, donde la guerrilla hutí mantiene sus amenazas y ataques en solidaridad con Gaza en el entorno del mar Rojo y el canal de Suez, es estos días de nuevo objeto de bombardeos israelíes después de semanas. A su vez, Cisjordania es escenario de los más intensos ataques de colonos judíos ayudados por el ejército sobre la población palestina de toda la guerra.

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