Bob Pop, uno de los colaboradores de la ya cancelada La familia de la tele, ha revelado en una entrevista con Àngels Barceló cómo se vivieron los 34 días del programa antes de ser cancelado la semana pasada Leer Bob Pop, uno de los colaboradores de la ya cancelada La familia de la tele, ha revelado en una entrevista con Àngels Barceló cómo se vivieron los 34 días del programa antes de ser cancelado la semana pasada Leer
Los 34 días que La familia de la tele estuvo emitiendo en La 1 no fueron ningún camino de rosas. Llegaron por un camino de baldosas amarillas que conectaba Ni que fuéramos y su pisito con el barrio de Bellavista y la televisión pública, pero el sueño de Oz pronto se tornó en pesadilla. Malos datos de audiencia, críticas, presiones internas y externas y cada tarde volver a salir, hacer el programa y que no se notara lo que Kiko Matamoros describrió la semana pasada en el penúltimo programa de La familia de la tele como una «tortura».
Muchas fueron las señales, incluso, las obviedades que hicieron patente que nunca terminaron de estar cómodos. Cuando el programa no llevaba ni dos semanas, fue Belén Esteban la primera en evidenciarlo. La Patrona se quería ir, no era feliz, no estaba cómoda. Su sinceridad arrastró a que otros colaboradores expresasen también su preocupación. El amago de la aparición de dos directivos de RTVE, que nunca llegaron a aparecer en el programa, y los cambios anunciados al día siguiente mostraban la primera fractura.
El pasado miércoles, La familia de la tele se despidió de La 1. Convertidos en faraones que inician la vida en el más allá, colaboradores y presentadores dijeron adiós al programa tras un fracaso en audiencias que se intentó soliviantar de todas las formas posibles sin éxito. Menos de una semana después ha sido Bob Pop, colaborador del programa, el que ha desgranado y revelado algunas de las claves del fracaso de La familia de la tele más allá de los malos datos de audiencia. Porque en toda historia siempre hay dos versiones.
Según ha contado Bob Pop en Hoy por hoy, el programa de Àngels Barceló en la Cadena Ser, el primer error y el primer problema de La familia de la tele fue la primera cancelación que sufrió su estreno, previsto para el 21 de abril. La muerte del Papa cambió todos los planes de programación de todas las televisiones y RTVE decidió apostar por el servicio público e informativo. Una semana se retrasó la gran cabalgata con la que el programa iba a ser recibido en Prado del Rey. «Si tú, como Televisión Española, creas un contenedor diario de gente muy dispar que viene de lugares muy distintos y de repente se muere el Papa, pues deja ese programa, apuesta por ese programa y lleva a expertos, pero conviértelo en otra forma de contar la actualidad», ha afirmado Bobo Pop.
«El gran miedo que tuvieron fue no creerse desde dentro de Televisión Española lo que habían comprado, y ahí todo empezó a ir regulero», ha sentenciado. «Escuchar a Belén Esteban preguntándole a alguien sobre los tejemanejes del Vaticano me hubiese interesado muchísimo», ha añadido el guionista, el cual ha confesado sentir «mucha pena» por la cancelación, pues estaba convencido de las posibilidades de La familia de la tele. Lo cierto es que una semana después La familia de la tele volvió a ver cómo la actualidad se llevaba por delante su estreno. El 28 de abril se produjop el gran apagón y no pudo ser hasta el 5 de mayo cuando al fin aterrizasen en el estudio 5 de Prado del Rey. Sin embargo, en la misma semana en la que comenzaba el cónclave para elegir al nuevo Papa llegaron las primeras quejas internas. La presencia de Marta Riesco, colaboradora de La familia de la tele en el Vaticano cubriendo el cónclave, levantó ampollas en los servicios informativos de RTVE. Fue la primera de muchas quejas que llegarían después.
Aun así y pese a todos las piedras que se encontraron y con las que se tropezaron en el camino, para Bob Pop La familia de la tele le sorprendió por «su capacidad para aprender», pero «también su necesidad de no trabajar con miedo». «Y trabajaban con miedo», ha sentenciado, confirmando lo que durante estos 34 días era un secreto a voces, la incomodidad y el temor con el que acudían cada día al trabajo.
Ya Kiko Motomoros y Lydia Lozano lo dejaron caer la semana pasada, aunque lo centraron en las audiencias y en la angustia de despertar cada día pendientes de ellas. Las palabras de Bob Pop van un paso más allá, pues esa «tortura» de la que hablaba Matamoros tenía más motivos. Lo cierto es que la despedida de La familia de la tele la semana pasada dejaba una puerta abierta a su regreso, pues, tal y como repetirieron varias veces en el último programa, comenzaba su viaje al más allá. Distintas fuentes hablan de que su regreso será la próxima temporada, que arranca en septiembre, y que la idea podría estar en un nuevo magacín, pero esta vez sólo para un par de días a la semana, que podría programarse los fines de semana.
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